El estadounidense Robert Prevost ofreció su primer discurso como máximo representante de la Iglesia católica, luego de haber sido elegido por más de 130 cardenales en El Vaticano.
Prevost adoptó el nombre de León XIV para su papado y en su primer mensaje recordó con afecto al Papa Francisco, con quien tenía una relación cercana. Según expertos, León XIV planea continuar las reformas impulsadas por su antecesor argentino.
En su primer mensaje Leon XIV se refirió a la paz
“Queridos hermanos y hermanas, este es el saludo inicial en nombre de Cristo resucitado, el buen pastor que entregó su vida por su pueblo. Deseo que este saludo de paz llegue hasta lo más profundo de sus corazones, a sus familias, a cada persona sin importar dónde se encuentre, a todos los pueblos y naciones. Que la paz esté con ustedes”.
“Esta es la paz que trae el Cristo resucitado: una paz sin armas, poderosa y constante, que procede del amor incondicional de Dios para todos”.
“Todavía escuchamos en nuestra memoria la voz frágil pero valiente del Papa Francisco cuando, desde Roma, extendía su bendición al mundo aquel Domingo de Pascua. Yo quiero continuar esa bendición, recordando que Dios nos ama profundamente y que el mal no vencerá. Estamos en manos de Dios, y por eso podemos avanzar sin temor, unidos en fe y fraternidad como discípulos de Cristo”.
“Cristo va delante de nosotros; el mundo necesita su luz. La humanidad requiere de él como ese puente hacia el amor de Dios. Les invito a que construyamos juntos más puentes: a través del diálogo, del encuentro y de la unidad. Gracias, Papa Francisco”.
“Agradezco sinceramente a los cardenales que me han confiado esta misión como sucesor de Pedro. Caminaremos juntos como una Iglesia unida, comprometida con la paz, la justicia y la misión de ser fieles a Jesucristo. Soy agustino, hijo de san Agustín, cristiano y obispo al servicio de ustedes, y juntos avanzaremos hacia la patria eterna que Dios nos promete. Un saludo especial a la Iglesia de Roma”.
“Busquemos juntos ser una Iglesia misionera, abierta al diálogo, que tiende puentes y recibe con los brazos abiertos a todos los que necesitan amor, presencia y caridad. Y si me permiten una palabra especial… ¡el español! ¡Qué hermoso! Un pueblo que ha estado cerca de su obispo, compartiendo su fe y su compromiso con una Iglesia fiel”.
“Queridos hermanos y hermanas de Roma, de Italia y del mundo entero: queremos ser una Iglesia sinodal, que camina unida, que promueve la paz y la caridad, y que acompaña de cerca a quienes más sufren”.
“Hoy, en la festividad de la Virgen de Pompeya, recordamos que nuestra Madre María camina con nosotros, nos acompaña con su amor e intercede siempre por nosotros”.