En las pintorescas costas de México, una marea constante de residuos plásticos está poniendo en peligro la diversidad biológica.
Un informe alarmante de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) revela que la contaminación por plásticos ha alcanzado niveles críticos, destacándose en los estados de Oaxaca, Guerrero, Chiapas y Veracruz.
Según Nick Leopold, director de Océanos sin Plástico en Oceana, cada minuto se vierte al océano una cantidad equivalente a dos camiones llenos de desechos plásticos.
La falta de medidas gubernamentales efectivas y la ausencia de servicios de recolección en municipios rurales agravan el problema.
Iniciativas privadas, como Comunidad Nit respaldada por Femsa, buscan hacer frente a esta crisis. Al instalar puntos de acopio en playas turísticas, la comunidad promueve el reciclaje de plásticos con el objetivo de preservar los ecosistemas marinos.
La urgencia de abordar este desafío medioambiental se fundamenta en la ineficacia del reciclaje y en la persistente dependencia del petróleo para la fabricación de nuevos envases plásticos.