
La organización humanitaria Médicos Sin Fronteras (MSF) advirtió que el 25% de los niños y mujeres embarazadas en Gaza sufre desnutrición, como consecuencia directa de lo que calificó como una “estrategia de hambre” aplicada por el Gobierno de Israel. MSF destacó que en sus centros médicos ha aumentado considerablemente la atención de pacientes con signos de malnutrición.
Según la organización, las autoridades israelíes están recurriendo de manera intencionada al hambre como un método de guerra, lo cual ha alcanzado niveles sin precedentes, afectando incluso al personal sanitario. MSF reportó que en su clínica de Ciudad de Gaza, los casos atendidos por desnutrición se han multiplicado por cuatro desde mediados de mayo, y la desnutrición severa en menores de cinco años se ha triplicado en apenas dos semanas.
“Cada día recibimos a 25 nuevos pacientes con desnutrición. El agotamiento y el hambre también son visibles en nuestro propio equipo”, señaló Caroline Willemen, coordinadora de proyectos de MSF en Gaza.
Israel lanzó su ofensiva tras el ataque del grupo Hamás el 7 de octubre de 2023, donde murieron más de 1.200 personas, en su mayoría civiles, y 251 fueron tomadas como rehenes. De ellas, al menos 49 siguen cautivas y 28 han fallecido durante el cautiverio. Como parte del conflicto, Israel impuso un bloqueo total sobre Gaza en marzo, que apenas fue parcialmente levantado a finales de mayo, provocando escasez grave de alimentos, medicamentos y productos básicos.
La organización también denunció que muchas personas que intentan conseguir ayuda alimentaria son atacadas por el ejército israelí y personal de seguridad privada en puntos de distribución controlados por la Fundación Humanitaria de Gaza (GHF), una entidad apoyada por Israel y relacionada con exmilitares estadounidenses.
“Es inaceptable que toda una población esté siendo privada intencionadamente de comida y agua, mientras se asesina a diario a quienes apenas buscan algo para comer”, declaró Amande Bazerolle, responsable de emergencias de MSF en Gaza.
Desde que GHF comenzó la entrega de alimentos hace dos meses, más de 1.000 personas han muerto y alrededor de 7.200 han resultado heridas, según datos del Ministerio de Salud de Gaza, aunque estas cifras no han sido verificadas por fuentes independientes.
El doctor Mohammed Abu Mughaisib, coordinador médico adjunto de MSF, cuestionó el enfoque de GHF: “Estas distribuciones no representan ayuda humanitaria, sino crímenes de guerra maquillados con un lenguaje humanitario. Quienes acuden por alimentos saben que tienen las mismas posibilidades de recibir harina que de ser baleados”.
Por su parte, el Gobierno israelí responsabiliza a Hamás de manipular el sufrimiento de la población civil, acusándolo de robar suministros para revenderlos o incluso de disparar contra las personas que esperan ayuda humanitaria.