
Francia está experimentando su menor índice de natalidad desde 1946, evidenciando un marcado descenso en el número de nacimientos en el año 2023.
Las estadísticas oficiales indican que 678 mil bebés nacieron, lo que representa una disminución del 6.6% en comparación con el año anterior.
Este fenómeno, que tiene sus raíces en el período posguerra, muestra una notable reducción en la tasa de fertilidad, que ahora se sitúa en 1.68 niños por mujer, inferior al promedio de 1.79 registrado en 2022.
La nación, sorprendentemente, ha pasado de ser la más fértil de la Unión Europea en 2021 a enfrentar una pronunciada caída en la tasa de natalidad.
Además, en 2023 se observó una disminución en el número de defunciones, totalizando 631 mil, lo que representa una disminución del 6.5% en comparación con el año anterior, marcado por la pandemia de Covid-19 y eventos climáticos extremos.
Aunque el crecimiento natural de la población se mantiene ligeramente positivo, el saldo es el más bajo desde el final de la Segunda Guerra Mundial, según el informe anual del Instituto Nacional de Estadística (Insee).
El flujo migratorio, con un saldo positivo de 183 mil personas, contrarresta en parte la baja tasa de natalidad.
Al comienzo de 2024, la población francesa alcanzó los 68.4 millones, con un modesto aumento del 0.3% interanual.
En cuanto a la esperanza de vida, se sitúa en 85.7 años para mujeres y 80 años para hombres, según el Insee. Este panorama demográfico refleja un cambio significativo en la dinámica poblacional de Francia.