
Aunque los festejos del nacimiento de Jesucristo involucran elementos comunes como cantos festivos, uvas y brindis, existen tradiciones sorprendentes que dan forma a esta celebración.
En México, por ejemplo, las posadas tradicionales que se llevan a cabo del 16 al 24 de diciembre implican festividades en hogares con comida, bebida y la ruptura de una piñata de siete picos simbolizando los pecados capitales.
En Europa central, el equivalente a Santa Claus es Krampus, su hermano, conocido como el «Papá Noel malévolo». En Alemania, Austria y Hungría, este personaje aterrador visita a los niños traviesos desde principios de diciembre para castigarlos.
En Australia, la Navidad se celebra en las playas con picnics en la arena y desfiles de surfistas disfrazados de Papá Noel el 24 de diciembre.
En los países nórdicos, especialmente en Noruega, las brujas desempeñan un papel destacado durante la Navidad, dividiéndose entre «brujas buenas» y «brujas malas». Para evitar sus maléficos viajes, los descendientes de los vikingos suelen esconder las escobas de sus casas.
En Venezuela, la tradición navideña incluye patinar por las calles hasta llegar a la misa del 25 de diciembre.
En la República Checa, en Nochebuena, las mujeres solteras lanzan un zapato sobre su hombro de espaldas a la puerta, y la dirección en la que cae determina su destino romántico.
En Irlanda, se prepara un pudín especial para Papá Noel, elaborado con cerveza o whisky local.
En Polonia, mayoritariamente católica, la cena de Navidad o «Wigilia» inicia con la observación de la primera estrella en el cielo. Luego, comparten el «oplatek», una oblea con imagen religiosa de la Natividad, durante la cual cada persona parte un trozo y expresa gratitud antes de pasarlo a los demás. Los regalos se intercambian el 6 de diciembre, día de San Nicolás.
En la versión italiana de Papá Noel, La Befana, una anciana bruja, desempeña un papel central. La leyenda cuenta que los Reyes Magos le pidieron direcciones al niño Jesús, pero ella declinó, alegando tareas domésticas. Desde entonces, vuela la noche del 5 de enero entregando juguetes a los niños.
En Guatemala, el 6 de diciembre se celebran hogueras para quemar figuras de Satanás, simbolizando la eliminación de espíritus malignos y la celebración de la victoria del bien sobre el mal.