
Luego de que el presidente Andrés Manuel López Obrador reveló el número de teléfono de la periodista Natalie Kitroeff durante su conferencia matutina del jueves pasado, se ha desatado una cadena de filtraciones que incluyó números de familiares del presidente, seguidores de su gobierno y hasta la candidata presidencial Claudia Sheinbaum.
Entre los afectados se encuentran José Ramón López Beltrán, hijo del presidente; Citlalli Hernández, secretaria general de Morena; Jesús Ramírez, vocero de Presidencia, y Jorge Gómez Naredo, editor del sitio Polemón.
Sus números de celular fueron expuestos en redes sociales, generando una respuesta inmediata.
José Ramón López Beltrán, visiblemente afectado, denunció la invasión a su privacidad y cuestionó la razón detrás de esta «forma de venganza». El presidente López Obrador, desde Sinaloa, condenó la filtración del número de su hijo como algo «muy vergonzoso», instando al respeto al gobierno de México.
En un tono firme, el presidente advirtió que no tolerará injerencias extranjeras ni calumnias hacia su gobierno.
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Destacó que habrá réplica ante cualquier «artículo calumnioso», sin importar la fuente. Además, difundió un video en el que, junto a un pescador, comentó los sueldos de periodistas reconocidos.
Las filtraciones continuaron a lo largo del día, afectando también a Claudia Sheinbaum, quien denunció la publicación de su número en redes sociales, recibiendo llamadas y mensajes de odio.
La candidata restó importancia a los ataques, calificándolos como «burdos» e inofensivos, y señaló que la atención debería centrarse en los números de las encuestas.
Este episodio revela tensiones en la relación entre el gobierno y la prensa, así como la disposición del presidente de enfrentar críticas con firmeza, marcando un hito en la interacción entre el poder y los medios.