
Después de varios días en los que se han registrado una serie de tormentas solares, brindando espectaculares vistas de auroras boreales en diferentes partes del mundo, parece que este fenómeno podría continuar durante la presente semana.
Científicos de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) han anunciado que existe una probabilidad del 60 por ciento de que una «tormenta de radiación» solar comience este martes, con una posibilidad menor también el miércoles.
Desde la semana pasada, el sol ha estado emitiendo poderosas emisiones de radiación electromagnética, las cuales contienen abundantes partículas cargadas, aceleradas y aumentadas en número debido a la intensa actividad magnética en su superficie.
No obstante, se advierte que este fenómeno podría ocasionar interrupciones en las comunicaciones por satélite, así como representar riesgos de radiación para los astronautas en el espacio y generar interferencias con las redes eléctricas.
Los expertos también han señalado que es posible que las tormentas solares de los próximos días no impacten directamente en la Tierra, a diferencia de las ocurridas la semana pasada, y esperan que las partículas altamente cargadas lanzadas por las tormentas de radiación sean absorbidas en su mayoría por el campo magnético terrestre, aunque no en las regiones polares expuestas.
La tormenta magnética en el Sol responsable de estos eventos aún está generando las erupciones solares más intensas, conocidas como erupciones de clase X, según explicaron los meteorólogos de la NOAA.
Se anticipa que el avistamiento de auroras boreales podría extenderse hacia latitudes más al sur del planeta y es probable que la aurora siga siendo visible a lo largo de la zona norte de Estados Unidos.
PODRÍA INTERESARTE: https://www.destacado.mx/auroras-boreales-en-mexico/
La mancha solar gigante AR3664, causante de las tormentas solares del pasado fin de semana, es aproximadamente 2 mil 500 veces más grande que la Tierra y tiene la capacidad de generar tormentas solares equiparables al evento Carrington de 1859, que provocó incendios en estaciones y cables de telégrafo, interrumpió las comunicaciones en todo el mundo y afectó las brújulas de los barcos.
