
Durante décadas, la comunidad científica ha advertido sobre la gradual fusión de los casquetes polares y las ramificaciones que esto acarrearía para la humanidad, como inundaciones, alteraciones en la temperatura de los océanos y la intensificación de fenómenos naturales como los huracanes, además de un desequilibrio ambiental de magnitud considerable.
Recientemente, se ha revelado que los efectos del cambio climático no solo inciden en la temperatura global, sino que también están influyendo en el movimiento de rotación de la Tierra.
Un estudio de la Universidad de California en San Diego, publicado en Nature, indica que el deshielo en Groenlandia y la Antártida está disminuyendo rápidamente la velocidad angular de la Tierra, alterando así su ritmo.
Esto implica que en un futuro próximo, todos los habitantes del planeta perderán un segundo en su tiempo diario, ya que la duración de las horas y los minutos está determinada por la rotación terrestre.
No obstante, si esta rotación no es uniforme debido a los cambios en la superficie y el núcleo de la Tierra, podría experimentar ligeras variaciones.
A lo largo de los años, se han añadido segundos a los relojes para mantenerse alineados con la rotación terrestre.
PODRÍA INTERESARTE: https://www.destacado.mx/el-2024-podria-ser-el-mas-calido-registrado-hasta-la-fecha-omm/
Sin embargo, después de un largo período de desaceleración, la rotación de la Tierra ahora está acelerándose, lo que requerirá la eliminación de un segundo por primera vez.
El calentamiento global ha contribuido al aumento del deshielo en el Ártico, transfiriendo masa desde los polos hacia el ecuador a través del agua derretida, lo que ralentiza la rotación terrestre.
Este cambio en la rotación del planeta implica que los relojes mundiales necesitarán ajustarse mediante un «segundo intercalar», lo cual, aunque parezca trivial, puede tener importantes repercusiones en los sistemas informáticos.
Inicialmente estaba previsto agregar un segundo intercalar en 2026, pero los cambios en la distribución de las masas polares han postergado esta medida hasta 2029.
Este retraso en la adición del segundo intercalar ejemplifica el impacto significativo que las actividades humanas tienen en el cambio climático global.