
3D render of a medical background with measles virus
Un bebé prematuro que fue contagiado con sarampión mientras aún estaba en el útero de su madre, quien no había recibido la vacuna correspondiente, falleció recientemente en Canadá, según informaron este jueves las autoridades de salud. Aunque no se ha determinado con certeza si el virus fue la causa directa del fallecimiento, el caso ha despertado una creciente preocupación ante el aumento de casos en el país.
Los datos federales más recientes, actualizados al 2 de junio, indican que se han registrado 2,755 casos de sarampión en Canadá, de los cuales 2,429 han sido confirmados y 326 están clasificados como probables. La provincia de Ontario es la más afectada, con cerca de 2,000 casos, lo que la convierte en el epicentro del brote.
El director médico de salud de Ontario, Kieran Moore, explicó en un comunicado que el bebé contrajo el virus antes de nacer, a través de su madre, quien no estaba vacunada contra el sarampión, las paperas y la rubéola (vacuna triple viral MMR).
Moore añadió que, aunque el sarampión pudo haber influido tanto en el nacimiento prematuro como en el fallecimiento del recién nacido, el bebé también enfrentaba otras condiciones médicas graves que no estaban relacionadas con el virus.
En marzo, Moore señaló que el brote estaba afectando desproporcionadamente a comunidades menonitas, amish y otras anabaptistas, en parte debido a los bajos índices de vacunación en esos grupos.
Si se confirma que el sarampión fue la causa del fallecimiento, este sería el primer caso mortal vinculado con el actual brote.
El sarampión es un virus respiratorio extremadamente contagioso que se transmite a través de las diminutas gotas que libera una persona infectada al toser, estornudar o simplemente al respirar.
Caracterizado por una erupción en la piel, el virus representa un peligro considerable para quienes no están inmunizados, especialmente para los bebés menores de un año —que aún no pueden recibir la vacuna— y para las personas con sistemas inmunológicos debilitados.
El sarampión puede provocar complicaciones graves como neumonía, encefalitis, partos prematuros e incluso la muerte en algunos casos.
Antes de que se implementaran campañas masivas de vacunación a principios de los años setenta, cientos de personas morían cada año en Canadá por esta enfermedad. Aunque se declaró erradicado en 1998, los casos han resurgido debido a importaciones del virus desde otros países.
En Estados Unidos también se ha registrado un repunte significativo, especialmente en una comunidad cristiana menonita con desconfianza hacia las vacunas, ubicada en la frontera entre Texas y Nuevo México.