
La Casa Blanca advirtió este viernes que los cárteles del narcotráfico están bajo alerta y amenazó con tomar medidas extremas para garantizar la seguridad en la frontera con México.
Desde su regreso a la presidencia el 20 de enero, Donald Trump ha intensificado su lucha contra los cárteles mexicanos, acusándolos de ser responsables de la producción de fentanilo, una droga sintética altamente potente que provoca miles de muertes por sobredosis en Estados Unidos cada año.
El asesor de Seguridad Nacional de Trump, Mike Waltz, declaró durante una convención conservadora cerca de Washington que el gobierno estadounidense está dispuesto a tomar acciones drásticas contra el crimen organizado.
«Vamos a desatar el infierno contra los cárteles. Ya basta. Estamos asegurando nuestra frontera y los cárteles han sido advertidos», afirmó.
Waltz también mencionó la cooperación entre el ejército mexicano y las fuerzas estadounidenses, incluyendo la patrulla fronteriza y el ejército, con el objetivo de reforzar la seguridad. «Sin una frontera, no hay nación ni soberanía», enfatizó.
En esta misma línea, Estados Unidos anunció esta semana la designación de seis cárteles mexicanos como organizaciones terroristas globales. Entre ellos figuran el cártel de Sinaloa, el de Jalisco Nueva Generación, Cárteles Unidos, el cártel del Noreste, el cártel del Golfo y la Nueva Familia Michoacana. Además, se añadieron la pandilla MS-13 y el Tren de Aragua, un grupo criminal de origen venezolano.
El secretario de Estado, Marco Rubio, explicó que estas designaciones permiten al gobierno estadounidense bloquear cualquier relación financiera entre estas organizaciones y ciudadanos o empresas en todo el mundo.
Al ser consultado sobre la posibilidad de utilizar la fuerza militar contra los cárteles, Rubio respondió que dependería de su ubicación. En el caso de México, dijo que la prioridad es la cooperación con el gobierno mexicano, proporcionando información sobre los grupos criminales. Sin embargo, advirtió que si representan una amenaza directa a Estados Unidos o cruzan la frontera, el gobierno utilizaría todas las agencias disponibles para actuar.
Por su parte, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, reiteró que su país está dispuesto a colaborar, pero sin aceptar injerencias externas. «Pueden llamarlos como quieran, pero con México hay coordinación, no subordinación, no injerencia y mucho menos invasión», declaró en una rueda de prensa.
También enfatizó que la soberanía nacional no está en negociación y mencionó el despliegue de 10,000 soldados en la frontera como parte de los acuerdos con Trump para posponer la imposición de aranceles del 25% a las exportaciones mexicanas y canadienses.
En las últimas semanas, se han llevado a cabo varias reuniones y llamadas entre funcionarios de ambos países, incluyendo una conversación entre Trump y Sheinbaum. El expresidente estadounidense elogió a la mandataria mexicana, destacando su enfoque en campañas de prevención del consumo de drogas. «Fue una conversación increíble. Vamos a invertir cientos de millones de dólares en campañas publicitarias para advertir sobre los peligros de las drogas», afirmó Trump durante un evento en Miami.