
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, declaró este lunes que la muerte de civiles en un ataque israelí en un campo de desplazados en Rafah, al sur de la Franja de Gaza, fue un «trágico accidente».
«Estamos investigando el incidente, esa es nuestra política. Para nosotros, cada daño a civiles no involucrados es una tragedia», manifestó Netanyahu durante una audiencia en la Knesset (Parlamento israelí) con familias de rehenes sobre la guerra en la Franja, que ya ha dejado más de 36 mil muertos, la mayoría civiles.
Al menos 45 personas murieron la noche pasada debido a un ataque israelí en una supuesta «zona segura» en el barrio de Tal al Sultan, en el noroeste de Rafah, donde había cientos de desplazados en un campamento improvisado que Israel aún no había ordenado evacuar.
El Ejército informó que se trató de una «operación precisa basada en inteligencia» para eliminar a dos altos mandos de Hamas en un edificio de la zona, aunque admitieron que se produjo un incendio que resultó en un elevado número de víctimas.
El Fiscal General Militar, mayor general Yifat Tomer Yerushalmi, ordenó investigar este bombardeo al Mecanismo de Investigación y Evaluación del Estado Mayor, una entidad semindependiente integrada por exmilitares que ya había investigado el ataque de Israel a un convoy humanitario de la ONG World Central Kitchen, donde murieron siete empleados, seis de ellos extranjeros.
«Antes del ataque, se tomaron medidas para reducir el riesgo de dañar a civiles no involucrados, como vigilancia aérea, el uso de municiones precisas y información de inteligencia adicional. Según estas medidas, no se esperaba daño a civiles», indicó el Ejército sobre el ataque en Rafah.
Mientras tanto, la Casa Blanca se declaró «impactada» por las imágenes del bombardeo israelí en Rafah que causó la muerte de «palestinos inocentes», y pidió a Israel «tomar todas las precauciones para proteger a los civiles».
«Hemos dejado claro que Israel debe tomar todas las precauciones posibles para proteger a los civiles», dijo un portavoz del Consejo de Seguridad, aunque reconoció que «Israel tiene derecho a atacar a Hamas, y entendemos que en el bombardeo murieron dos terroristas de alto rango».
Estados Unidos, junto con el Ejército israelí y sus otros socios en la región, está comprometido en esclarecer lo ocurrido, añadió el funcionario.
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