Un grupo de estudiantes de la Normal Rural de Ayotzinapa protagonizó un intento de acceso no autorizado al Palacio Nacional.
A tempranas horas, encapuchados derribaron la puerta principal, desencadenando el despliegue de medidas de seguridad por parte del personal militar.
Durante la confrontación, emplearon una camioneta de la Comisión Federal de Electricidad para forzar la entrada, dañando vidrios y lanzando objetos incendiarios.
El presidente Andrés Manuel López Obrador condenó la acción, señalando que la intención de los normalistas es provocar conflicto.
Descartó recibirlos personalmente, designando al subsecretario de Gobernación para abordar sus demandas.
López Obrador expresó avances en la investigación de los 43 estudiantes desaparecidos, pero acusó a líderes externos, como Emilio Álvarez Icaza y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, de manipular a los padres y buscar confrontación.
A pesar de la puerta derribada, el presidente aseguró la reparación y criticó la táctica de los manifestantes, calificándola como un intento de forzar la confrontación.