
En la búsqueda de convertirse en el epicentro de entretenimiento de la Ciudad de México, el Parque Aztlán, ubicado en la Segunda Sección del Bosque de Chapultepec, dió inicio a las pruebas operativas de 18 de sus 33 atracciones y juegos.
Bajo la dirección de Martí Batres, jefe de Gobierno, algunas de las atracciones, incluyendo el Carrusel Chapultepec y la monumental Rueda de la Fortuna Aztlán 360, con sus impresionantes 85 metros de altura, se iluminaron en una ceremonia nocturna.
Con una inversión de más de cuatro mil millones de pesos, el Parque Aztlán, construido en los terrenos de la antigua Feria de Chapultepec, es proclamado como un proyecto con un impacto turístico y económico significativo por el mandatario capitalino.
Martí Batres enfatiza que esta inversión generará empleo, economía y crecimiento para la Ciudad de México.
Aunque la entrada al parque será gratuita, las atracciones tendrán tarifas accesibles para los residentes locales y tarifas de mercado para los turistas.
José Miguel Bejos, presidente de Mota-Engil México, asegura que las nuevas instalaciones y juegos, de tecnología holandesa, cuentan con certificaciones internacionales para garantizar la seguridad de los visitantes.
El proyecto, integrado con el entorno del Bosque de Chapultepec, contará con azoteas verdes, 600 nuevos árboles y energía eléctrica renovable suministrada por la Central Hidroeléctrica de Necaxa.
Además, se pondrá en marcha un sistema de tratamiento y reciclaje de agua para consumo en el sitio.
El Parque Aztlán albergará 23 atracciones, como la Rueda de la Fortuna y la Montaña familiar «La Mocha», así como la nueva sede del Museo Dolores Olmedo, exhibiendo obras de artistas como Frida Kalho y Diego Rivera, con la intención de acercarlas a un amplio público, tanto mexicano como extranjero.