
La gigantesca capa de hielo de Groenlandia ha perdido más de 20 por ciento de su masa en las últimas cuatro décadas, según un estudio del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA.
Los glaciares se retiran rápidamente, desprendiendo icebergs en respuesta a la crisis climática. Aunque la pérdida adicional de hielo no afecta directamente el nivel del mar, podría desencadenar cambios en la circulación oceánica en el futuro.
El agua dulce que fluye al Atlántico Norte debido al desprendimiento de glaciares plantea la posibilidad de un colapso en las corrientes oceánicas, conocido como Circulación Meridional de Vuelco del Atlántico (Amoc), con consecuencias graves para la humanidad.
Groenlandia pierde aproximadamente 30 millones de toneladas de hielo por hora, según cálculos del medio británico The Guardian, basados en el estudio.
Las observaciones manuales e inteligencia artificial recopilaron datos entre 1985 y 2022, revelando que de los 207 glaciares estudiados, 179 han disminuido significativamente.
La pérdida de 5.39 billones de toneladas de hielo entre 1992 y 2020 añadió 1.35 centímetros al nivel medio global del mar. La mayoría de la pérdida se produce bajo el nivel del mar en los fiordos de la periferia de Groenlandia.
El JPL destaca que el hielo que se desprende de los glaciares contribuye poco al nivel del mar, ya que muchos fiordos se han llenado de agua de mar.
El glaciar Zachariae Isstrom en el noreste de Groenlandia lidera la pérdida con 176 mil millones de toneladas, seguido por Jakobshavn Isbrae en la costa occidental con 97 mil millones.
A pesar de algunas ganancias en el glaciar Qajuuttap Sermia, estas no compensan las pérdidas generales.