
Independientemente de cualquier sonido que se le ponga a la alerta sísmica, en el momento en que identifiquemos que nos avisa de un temblor vamos a entrar en una situación de alarma, tensión o estrés.
Cuando sucede algo que nos provoca una fuerte carga emocional, sea gratificante o desagradable, toda la información recibida se fija en nuestra memoria aun cuando no tenga relación directa con el evento crítico.
Y es que el sonido que caracteriza a la alerta sísmica puede evocar recuerdos, experiencias y sismos pasados, lo que lleva a una persona a sentir miedo y cuyos efectos pueden ser variables,.
Cabe resaltar que el miedo es una emoción que permite que la memoria funcione mejor, es decir, facilita que se tenga un recuerdo más claro de lo acontecido.
De acuerdo con especialistas de la UNAM, el sonido que se emite por los altavoces es parte de los recuerdos de la población. Por ello, es común que algunas personas experimenten miedo o ansiedad al escuchar el alertamiento, ya que es un recordatorio de los sismos del 7 y 19 de septiembre.
Cuando suena la alerta sísmica, no es el sonido el que asusta, sino el recuerdo de las consecuencias negativas de los sismos que se han vivido.
Para reducir los efectos de este estrés sigue las siguientes recomendaciones:
Piensa en la alerta sísmica como un sonido de vida, como una oportunidad de poner en práctica acciones para salvar tu vida y la de tu familia.
Aprende y practica técnicas de relajación a través de la respiración. Una buena oxigenación permite analizar los sucesos y tomar mejores decisiones.
El miedo no desaparecerá por completo, eso es positivo ya que el miedo ayuda a actuar rápida y oportunamente.
Si el temor que experimentas es sumamente intenso y te paraliza, acude con los
especialistas para recibir apoyo psicológico.
No hay que olvidar que México se encuentra en una de las zonas sísmicas más activas del mundo y contar con un sistema de alertamiento es una de las mejores formas para prevenir y reducir riesgos.