Etiopía enfrenta un nuevo desafío sanitario: la confirmación de un brote de fiebre hemorrágica por virus de Marburgo en su región sur, con al menos nueve casos detectados. La frase “ataque del virus de Marburgo” refleja la preocupación global ante esta enfermedad altamente letal. La zona afectada se encuentra cercana a la frontera con Sudán del Sur, aumentando el riesgo de propagación transfronteriza.
La Organización Mundial de la Salud (OMS), en coordinación con el África CDC, confirmó el brote y envió equipos técnicos especializados para controlar la situación.
La fiebre hemorrágica por virus de Marburgo (MVD, por sus siglas en inglés) pertenece a la familia Filoviridae, al igual que el ébola, y presenta tasas de mortalidad históricas que van del 24 % al 88 %. La infección puede originarse por contacto con murciélagos frugívoros y propagarse entre personas a través de fluidos corporales o materiales contaminados.
Los síntomas iniciales incluyen fiebre alta, dolor de cabeza y muscular, que pueden evolucionar hacia vómitos, diarrea, erupciones cutáneas y hemorragias múltiples. Al no existir vacuna ni tratamiento antiviral aprobado, la contención depende del aislamiento de casos, trazado de contactos, uso de equipo de protección y educación comunitaria sobre medidas preventivas.
El brote, declarado el 14 de noviembre de 2025, es el primero registrado en Etiopía, lo que aumenta la vulnerabilidad del país y de la región.
La OMS y el África CDC han desplegado recursos y personal para frenar la expansión, reconociendo la necesidad de vigilancia continua y colaboración internacional. La aparición de este virus recuerda la importancia de responder con rapidez y coordinación ante enfermedades emergentes de alta mortalidad.