Cada 31 de octubre se celebra en diversas partes del mundo la Noche de Halloween, también conocida como Noche de Brujas o Víspera de Difuntos. Es una fecha ideal para usar disfraces, decorar casas y calles con motivos terroríficos y disfrutar de actividades como el tradicional “truco o trato”, las fiestas de disfraces, las películas de terror o las visitas a casas encantadas.
Halloween tiene una fuerte presencia en los países anglosajones —como Estados Unidos, Reino Unido, Canadá e Irlanda—, aunque con el tiempo se ha extendido a otros lugares del mundo, incluyendo España y América Latina, donde bares, discotecas y establecimientos organizan eventos temáticos para unirse a la celebración.
Su popularidad global se debe en gran medida a la influencia del cine y la publicidad estadounidense, que difundieron la imagen de los niños recorriendo las calles en busca de dulces, junto con historias de terror ambientadas en esa noche. Entre los símbolos más representativos destacan las calabazas talladas, los colores naranja y negro, así como los disfraces de brujas, fantasmas y esqueletos.
El término Halloween proviene de la expresión inglesa “All Hallow’s Eve”, que significa “Víspera de Todos los Santos”. Con el paso del tiempo, esta conmemoración trascendió su sentido religioso para convertirse en una fiesta internacional de carácter lúdico y cultural.
Los orígenes de esta festividad se remontan a dos celebraciones antiguas:
-La cristiana, correspondiente al Día de Todos los Santos (1 de noviembre).
-La celta, conocida como Samhain, una festividad pagana que marcaba el fin de las cosechas y del verano, considerada además el Año Nuevo Celta.
El Samhain fue adoptado por los irlandeses, quienes llevaron la tradición a Estados Unidos durante la Gran Hambruna de 1840. Sin embargo, no fue hasta 1921 cuando se celebró el primer gran desfile de Halloween en Minnesota, lo que marcó el inicio de su expansión por todo el país y, posteriormente, por el resto del mundo anglosajón.
En muchos países occidentales, la conmemoración adquirió un tono más religioso, vinculándose al recuerdo de los difuntos el 1 de noviembre, día en que se celebra el Día de Todos los Santos.