La magnitud de la destrucción causada por el huracán Melissa en Jamaica alcanzó “niveles nunca vistos”, advirtió un representante de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en la isla. Desde Kingston, Dennis Zulu, coordinador de la ONU para varios países del Caribe, informó que las pérdidas abarcan infraestructura, viviendas, carreteras y redes de comunicación y energía.
“Las evaluaciones preliminares muestran un país devastado en una escala sin precedentes. Miles de personas se encuentran refugiadas en todo el territorio”, señaló Zulu en un enlace por video.
Ante la emergencia, el ministro de Gobierno Local y Desarrollo Comunitario, Desmond McKenzie, declaró a Jamaica como una “zona catastrófica”. Explicó que entre las regiones más afectadas se encuentran Black River y Manchester, donde más de 25 mil personas han sido desplazadas, casi el doble de lo reportado un día antes.
Durante una conferencia de prensa, McKenzie afirmó que los refugios permanecerán abiertos para recibir a más damnificados y pidió cautela a la población ante los numerosos árboles caídos y cables eléctricos en las calles. Además, exhortó a la ciudadanía a colaborar con las autoridades mientras avanzan las labores de limpieza y restablecimiento de servicios.
Aunque el ministro evitó actualizar la cifra de víctimas mortales, se mantiene el reporte de tres fallecidos en Jamaica, mientras que en Haití se registran al menos 20 muertos y 10 desaparecidos por el desbordamiento de un río.
El primer ministro Andrew Holness informó que continúa la vigilancia por inundaciones en las regiones norte, suroeste y sur-central del país, debido a las lluvias persistentes que podrían provocar deslizamientos de tierra. Indicó que se prevén entre 75 y 150 milímetros de lluvia adicionales, con posibles acumulaciones mayores en zonas montañosas.