A lo largo de su carrera, Francis Ford Coppola se ha caracterizado por su audacia creativa y su disposición a asumir riesgos económicos que pocos cineastas aceptarían. Sin embargo, incluso las figuras más influyentes del séptimo arte pueden atravesar momentos complicados cuando su visión no logra conectar con la audiencia.
Recientemente, el director sorprendió al anunciar la subasta de una parte de su exclusiva colección de relojes de lujo. Esta decisión surge tras el tropiezo de Megalopolis, uno de sus proyectos más ambiciosos y costosos, que terminó representando un fuerte golpe tanto en el ámbito personal como en el financiero.
Más que una simple venta, el gesto refleja un momento de introspección y posible replanteamiento en la vida del cineasta que, en su momento, revolucionó la forma de narrar en el cine.
Entre las piezas que Coppola decidió poner a la venta destaca un reloj suizo de la prestigiosa marca F.P. Journe, un prototipo exclusivo que el propio director ayudó a diseñar. Fabricado en titanio, cuenta con una carátula que representa una mano humana cuyos dedos marcan las horas. Esta singular pieza fue utilizada por el cineasta durante la presentación de Megalopolis en el Festival de Cannes y tiene un valor estimado cercano al millón de dólares, tanto por su rareza como por su significado simbólico dentro de su historia personal.
El proyecto Megalopolis fue una de las mayores apuestas de Coppola, quien invirtió más de 120 millones de dólares de su propio capital. Sin embargo, la película apenas logró recaudar alrededor de 14 millones a nivel mundial, convirtiéndose en un fracaso tanto artístico como económico.
Ante esta situación, el director decidió desprenderse de siete relojes de su colección, cuyas piezas oscilan entre varios miles y un millón de dólares, con el propósito de compensar parte de las pérdidas ocasionadas por su arriesgada producción.
Megalopolis, concebida por Coppola durante más de cuarenta años, aspiraba a ser una reflexión monumental sobre el poder, la utopía y el caos urbano. Sin embargo, su estreno fue recibido con opiniones divididas: mientras algunos la consideraron una propuesta audaz, la mayoría de los críticos la calificaron como una combinación confusa de grandes ideas y ejecución irregular.