La desnutrición que padecen las mujeres embarazadas en Gaza podría tener “efectos que se extenderán por generaciones” y “requerir atención médica de por vida” para los bebés que están naciendo actualmente en el territorio, advirtió un representante del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA).
Tras una misión en Jerusalén, Cisjordania y Gaza, Andrew Saberton describió la magnitud de la crisis como una “devastación total”, comparable con “el escenario de una película distópica”, durante una conferencia en la sede de la ONU en Nueva York.
El funcionario explicó que uno de cada cuatro habitantes de Gaza sufre hambre, entre ellos unas 11 mil 500 mujeres embarazadas. Esta situación ha provocado que siete de cada diez recién nacidos sean prematuros o tengan bajo peso al nacer, una cifra que se ha triplicado respecto a octubre de 2023.
Saberton agregó que las unidades neonatales operan al 170% de su capacidad, lo que obliga a compartir incubadoras entre varios bebés. Asimismo, uno de cada tres embarazos se considera de alto riesgo y la mortalidad materna se mantiene elevada.
El funcionario destacó que la desnutrición es el problema más crítico, agravado por la escasez de medicamentos y el colapso del sistema sanitario: el 94% de los hospitales presenta daños o ha sido destruido, y solo el 15% de las instalaciones restantes puede ofrecer atención obstétrica de emergencia.
La falta de anticonceptivos también ha llevado a que muchas mujeres recurran a abortos inseguros. A ello se suma la situación de 700 mil mujeres y niñas que viven su menstruación en condiciones insalubres, sin acceso a agua potable, privacidad ni productos de higiene, lo que ha derivado en problemas urinarios y reproductivos en alrededor de 170 mil personas.
Saberton informó que, desde el alto el fuego del 10 de octubre, el UNFPA ha logrado distribuir suministros y equipos médicos previamente almacenados, aunque reconoció que la ayuda humanitaria que ingresa es insuficiente para atender las necesidades del enclave, donde se registran unos 130 nacimientos diarios.
Por su parte, la Corte Internacional de Justicia (CIJ) señaló que Israel tiene la obligación de garantizar las necesidades básicas de la población gazatí y no debe usar el hambre como un “método de guerra”.
La ONU pidió al tribunal con sede en La Haya que precisara las responsabilidades de Israel como potencia ocupante. Aunque la opinión de la CIJ no es jurídicamente vinculante, el tribunal sostuvo que tiene “gran peso legal y autoridad moral”.
“El Estado ocupante debe asegurar la provisión de alimentos, agua y suministros esenciales para la supervivencia de la población local”, declaró el presidente de la corte, Yuji Iwasawa.