Cada 19 de octubre, el mundo conmemora el Día Internacional de la Lucha contra el Cáncer de Mama, una fecha dedicada a crear conciencia sobre la importancia de la detección temprana de esta enfermedad mediante la autoexploración y los chequeos médicos regulares. Su propósito es sensibilizar a las mujeres sobre la relevancia de atender cualquier signo o cambio en sus mamas.
Esta conmemoración, impulsada por organizaciones de pacientes y de salud a nivel global, busca fomentar el diagnóstico precoz y garantizar un mayor acceso a tratamientos oportunos, reduciendo así la mortalidad femenina por esta causa.
Durante todo el mes de octubre, la Organización Mundial de la Salud (OMS) lleva a cabo el Mes de la Concienciación sobre el Cáncer de Mama.
Este tipo de cáncer es el más frecuente a nivel mundial, con 2.3 millones de nuevos casos al año, lo que equivale a uno de cada ocho diagnósticos de cáncer y una cuarta parte de los casos en mujeres. En países con menos recursos, las deficiencias en los sistemas de salud y la falta de información ocasionan diagnósticos tardíos y altas tasas de mortalidad, especialmente en mujeres jóvenes.
Para hacer frente a esta situación, la OMS lanzó en 2021 la Iniciativa Mundial contra el Cáncer de Mama, con el objetivo de reducir las muertes en 2.5 % anual hasta 2040, salvando 2.5 millones de vidas mediante la detección temprana, el diagnóstico oportuno y un tratamiento integral.
El cáncer de mama es la principal causa de muerte entre mujeres, representando el 16 % de todos los cánceres femeninos. Se estima que una de cada ocho mujeres lo desarrollará en algún momento de su vida. Detectarlo de forma temprana aumenta hasta el 100 % las posibilidades de curación.
El cáncer de mama puede originarse en los conductos o lobulillos del seno, y en algunos casos generar metástasis. Los factores de riesgo incluyen mutaciones genéticas (BRCA1, BRCA2, P53, PTEN), obesidad, edad avanzada, exposición prolongada a estrógenos, consumo de alcohol o tabaco, y menopausia tardía.
Entre los síntomas más comunes se encuentran bultos en el pecho o axilas, cambios en el color o forma de la mama, secreciones o retracción del pezón, enrojecimiento o dolor persistente.
El diagnóstico puede realizarse mediante autoexploración, mamografía, ecografía y biopsia. En cuanto al tratamiento, este puede incluir cirugía, quimioterapia, radioterapia o terapia hormonal, dependiendo del tipo y la etapa del cáncer.
Finalmente, la prevención se basa en mantener una vida saludable, realizar controles médicos anuales, practicar actividad física y evitar el tabaco y el alcohol. La autoexploración y la atención médica oportuna siguen siendo las herramientas más efectivas para salvar vidas.