La Organización de las Naciones Unidas (ONU) denunció este martes que fuerzas rusas bombardearon uno de sus convoyes de ayuda humanitaria en el sur de Ucrania, específicamente en la localidad de Bilozerka, región de Jersón. A pesar de la magnitud del ataque, las autoridades locales informaron que no hubo personas heridas.
Matthias Schmale, coordinador de ayuda humanitaria de la ONU en Ucrania, calificó el hecho como “totalmente inaceptable”, recordando que los trabajadores humanitarios están amparados por el derecho internacional y “jamás deberían ser objeto de ataques”.
De acuerdo con el gobernador de Jersón, Oleksandr Prokudin, el ejército ruso habría atacado deliberadamente con drones y artillería a un convoy compuesto por cuatro camiones claramente identificados con emblemas de la ONU. En una imagen difundida por Telegram, se observa un vehículo del Programa Mundial de Alimentos (WFP, por sus siglas en inglés) dañado y en llamas.
“Es un milagro que nadie resultara herido”, declaró Prokudin, quien precisó que los camiones transportaban alrededor de 800 paquetes individuales con artículos esenciales destinados a personas mayores, mujeres y niñas.
Jacqueline Mahon, representante del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), explicó que la región de Jersón alberga una gran proporción de personas de edad avanzada que, debido a la violencia constante, no pueden desplazarse y dependen completamente de la asistencia humanitaria para sobrevivir.