Durante el primer año de la presidencia de Claudia Sheinbaum se concretó un hecho sin precedentes: la entrega directa de recursos públicos a pueblos y comunidades indígenas y afromexicanas, mediante el Fondo de Aportaciones para la Infraestructura Social para Pueblos y Comunidades Indígenas y Afromexicanas (FAISPIAM).
Gracias a esta medida, respaldada en la reforma al Artículo 2 de la Constitución, se destinó por primera vez un presupuesto cercano a los 13 mil millones de pesos a este sector, que ahora cuenta con personalidad jurídica y patrimonio propio. A través de más de 20 mil asambleas comunitarias, decidieron, según sus usos y costumbres, en qué proyectos invertir dichos recursos.
En 2025, el gobierno federal puso en marcha tres nuevos programas de Bienestar: la pensión “Mujeres Bienestar”, la beca “Rita Cetina” para estudiantes de secundaria pública, y el programa de salud “Casa por Casa”, con el que enfermeras ya han brindado más de 5.7 millones de consultas domiciliarias a personas adultas mayores y con discapacidad. Estas visitas también sirven para levantar historiales clínicos y reforzar la prevención de enfermedades.
La pensión “Mujeres Bienestar” logró registrar en su primer año a más de dos millones de beneficiarias entre 60 y 64 años.
En lo que la administración ha llamado el segundo piso de la Cuarta Transformación, se consolidó la continuidad de los programas sociales iniciados en el sexenio anterior, beneficiando a 16.3 millones de personas con una inversión que supera los 835 mil millones de pesos, cifra casi siete veces mayor a la de 2018.
La pensión para adultos mayores, uno de los principales programas, integró a más de un millón de nuevos beneficiarios, alcanzando un total de 12.9 millones de derechohabientes. Paralelamente, el INAPAM entregó 577 mil nuevas credenciales en todo el país.
En materia de apoyos a la niñez, el Programa de Hijos de Madres Trabajadoras benefició a 218 mil 979 menores en situación de vulnerabilidad; mientras que la pensión para personas con discapacidad permanente llegó a 1.39 millones de beneficiarios y los vales de rehabilitación favorecieron a más de 25 mil menores.
Finalmente, el programa Sembrando Vida cubrió más de un millón de hectáreas con sistemas agroforestales, logrando la siembra de más de 1,200 millones de plantas en unidades productivas operadas por 450 mil campesinos.