El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, enfrentó este viernes un fuerte desplante diplomático en la Asamblea General de la ONU, donde más de dos tercios de los países abandonaron la sala antes de que iniciara su intervención. Varias delegaciones europeas, incluida la española, ni siquiera acudieron a la sesión como señal de rechazo.
En un discurso desafiante, Netanyahu acusó a los gobiernos que han reconocido al Estado palestino —entre ellos Francia, Reino Unido, Australia y Canadá— de enviar un “mensaje antisemita” que, según sus palabras, equivale a premiar el asesinato de judíos. También negó que Israel cometa un genocidio en Gaza y sostuvo que su ejército no detendrá la ofensiva contra Hamás, rechazando la posibilidad de aceptar un Estado palestino.
Mientras tanto, en Nueva York, manifestantes propalestinos marcharon desde Times Square hasta la sede de la ONU en protesta por la campaña militar israelí. En paralelo, la flotilla humanitaria con destino a Gaza continúa su recorrido, escoltada a distancia por el buque español El Furor, que partió de Cartagena y llegará a la zona a mediados de la próxima semana para brindar protección en caso de ataque.