
Cada año, el 28 de septiembre se conmemora el Día Mundial contra la Rabia y tiene como objetivo insistir en las consecuencias de la rabia en los animales y los riesgos de contagio hacia las personas.
Se eligió este día en particular debido a que fue un 28 de septiembre del año 1895 cuando falleció Louis Pasteur, científico y médico responsable de la creación de la vacuna antirrábica. Una de las principales vacunas que ayudan a prevenir el contagio y propagación de tan horrible enfermedad.
La rabia es una enfermedad de origen viral, progresivo y mortal, que afecta el sistema nervioso central de los mamíferos, incluido el ser humano y las especies ganaderas.
El día mundial contra la rabia, es la oportunidad para concientizar sobre la importancia de su erradicación, ya que al no tener una cura en los animales después de la infección, se convierte en una de las enfermedades más mortíferas con repercusiones económicas en el sector pecuario y en la salud pública.
La rabia está presente en todos los continentes y afecta a más de 150 países. En el mundo, la enfermedad es responsable por cerca de 60 mil muertes humanas anualmente y en la gran mayoría de los casos humanos, el perro es la fuente de infección.
Desde 1983 se ejecuta el Programa de Eliminación de la Rabia Humana Transmitida por el Perro en los países de América Latina y el Caribe, coordinado por la OPS/OMS. Esta iniciativa logró una reducción de más de 95 por ciento de los casos, tanto de rabia humana como de rabia canina.
Los primeros síntomas de la rabia en humanos pueden ser muy similares a los de la gripe y pueden durar un par de días, incluyen: fiebre, dolor de cabeza, ansiedad y sensación de malestar.
Los signos y síntomas posteriores pueden incluir: náuseas vómitos, agitación, confusión, hiperactividad, dificultad para tragar, salivación excesiva, miedo al agua debido a la dificultad para tragar, miedo provocado por el aire soplado en la cara, alucinaciones, insomnio, parálisis parcial.