
Cada 17 de septiembre se celebra el Día Mundial de la Seguridad de los Pacientes, instaurado en 2019 por la Organización Mundial de la Salud (OMS) durante la Asamblea Mundial de la Salud.
Este año, el tema es “Atención segura para cada recién nacido y cada niño”, con el lema “¡Seguridad del paciente desde el principio!”, reconociendo la vulnerabilidad de este grupo de edad a los riesgos y daños causados por una atención insegura.
La OMS organiza campañas anuales con el propósito de sensibilizar a la población y al personal sanitario sobre la importancia de proteger la salud de los pacientes.
La seguridad del paciente es una disciplina clave dentro de la atención sanitaria. Nació como respuesta a los crecientes daños derivados de errores médicos o deficiencias en los sistemas de salud, y se encuentra vinculada a la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, cuyo propósito es garantizar bienestar y acceso universal a servicios médicos, medicamentos y vacunas.
Cuando no existen medidas de seguridad en la atención hospitalaria, las consecuencias son graves: diagnósticos erróneos, infecciones adquiridas en hospitales y deficiencias en la atención causan millones de muertes cada año. Se estima que 143 millones de personas sufren daños relacionados con fallas en la seguridad hospitalaria, con un impacto especial en países de ingresos bajos.
Mejorar la seguridad requiere compromiso de todos:
-Pacientes y cuidadores: deben involucrarse, hacer preguntas y compartir su historial clínico.
-Profesionales de la salud: promover la participación del paciente y mantener una comunicación abierta.
-Gobiernos: invertir en seguridad hospitalaria para reducir costos y salvar vidas.
-La seguridad del paciente no solo es un pilar de la calidad sanitaria, sino también una responsabilidad colectiva.