
La región de las Américas ha experimentado un incremento del 17% en las muertes por suicidio desde el año 2000, siendo la única en el mundo con esta tendencia. Ante esta situación, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) presentó una nueva estrategia destinada a revertir el panorama.
El anuncio se realizó en el marco del Día Mundial para la Prevención del Suicidio, conmemorado cada 10 de septiembre, y busca salvar vidas mediante intervenciones prácticas y fundamentadas en evidencia científica.
La propuesta atiende obstáculos clave que limitan los avances, como el acceso insuficiente a servicios comunitarios de salud mental, la persistencia del estigma social y la falta de coordinación entre sectores. Además, se articula con las líneas de acción de la Organización Mundial de la Salud, que contemplan:
-Restringir el acceso a medios que faciliten el suicidio.
-Impulsar una cobertura mediática responsable.
-Desarrollar habilidades socioemocionales en jóvenes.
-Asegurar la detección oportuna, el tratamiento y el acompañamiento de personas en riesgo.
La OPS definió tres ejes prioritarios para la región:
Reforzar los planes nacionales: apoyar a los gobiernos en la creación o actualización de estrategias adaptadas a las poblaciones más vulnerables.
Ampliar la atención en salud mental: formar a personal sanitario y comunitario para identificar y atender casos de riesgo, además de ofrecer respaldo a familias afectadas.
Reducir el estigma y sensibilizar: promover campañas públicas y trabajar con los medios de comunicación para fomentar un abordaje responsable de la salud mental y el suicidio.