
Miles de fieles se reunieron este domingo en la Plaza de San Pedro del Vaticano para presenciar la canonización de Carlo Acutis, un adolescente italiano apodado el “influencer de Dios”, quien falleció en 2006 a los 15 años víctima de leucemia. El papa León XIV lo proclamó santo durante una misa solemne, reconociendo su labor como difusor de la fe católica a través de internet, lo que le valió también el título de “ciberapóstol”.
En la ceremonia también fue canonizado Pier Giorgio Frassati (1901-1925), joven estudiante italiano apasionado por el alpinismo y comprometido con causas sociales, a quien el pontífice describió, junto con Acutis, como ejemplo de entrega y esperanza para la juventud.
Bajo un intenso dispositivo de seguridad y un cielo despejado, unas 80 mil personas participaron en la celebración, muchas de ellas jóvenes portando banderas e imágenes de Acutis. La canonización estaba programada para abril pasado, pero fue aplazada tras la muerte del papa Francisco.
Carlo Acutis, nacido en Londres en 1991 y criado en Milán, destacó desde niño por su fe y su talento en informática, con el que creó una exposición digital sobre milagros eucarísticos. Beatificado en 2020, se le atribuyen dos milagros: la curación de un niño brasileño con una malformación pancreática y la recuperación de una estudiante costarricense tras un grave accidente.
La tumba de Acutis, ubicada en Asís, se ha convertido en un lugar de peregrinación que atrae a cientos de miles de visitantes cada año. Su madre, Antonia Salzano, aseguró que su hijo agradece el cariño y la devoción de los fieles que lo siguen incluso desde la distancia.
El proceso de canonización, que suele ser largo y riguroso, se desarrolló de forma inusualmente rápida en el caso de Acutis. Frassati, en cambio, fue canonizado casi un siglo después de su muerte y más de tres décadas después de ser beatificado por Juan Pablo II.
Esta primera canonización encabezada por el papa León XIV coincidió con el Jubileo o “Año Santo” de la Iglesia católica, al que han acudido ya más de 24 millones de peregrinos a Roma.