
El secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, aseguró que no prevé la necesidad de realizar operaciones militares en “países aliados” como Ecuador, a diferencia del reciente ataque contra una embarcación que, según Washington, transportaba drogas desde Venezuela. Argumentó que Quito mantiene una cooperación activa en materia de seguridad. En paralelo, anunció un paquete de ayuda cercana a los 20 millones de dólares para la nación andina.
En una conferencia de prensa en Quito, acompañado por la canciller ecuatoriana Gabriela Sommerfeld, Rubio reiteró que “Venezuela está involucrada” en el tráfico de drogas y recordó que la justicia estadounidense ya ha procesado al presidente Nicolás Maduro, a quien calificó como “fugitivo de la Justicia” y “líder del narco”.
El funcionario estadounidense llegó a Ecuador tras su paso por México, donde previamente había firmado un acuerdo de seguridad.
Durante su visita, Rubio confirmó que el gobierno de Donald Trump declaró a las organizaciones criminales ecuatorianas “Los Lobos” y “Los Choneros” como grupos terroristas, subrayando que no solo operan en el narcotráfico, sino también en la minería ilegal. Recordó que el propio gobierno de Daniel Noboa ya los había catalogado como terroristas a inicios de 2024, tras la ola de violencia que azotó al país.
El secretario de Estado también adelantó que Ecuador recibirá 13.5 millones de dólares para fortalecer su lucha contra el crimen organizado, además de una asignación adicional de seis millones de dólares destinada a la compra de drones de última tecnología para la Armada ecuatoriana.
Rubio enfatizó que es clave realizar entrenamientos conjuntos entre fuerzas de seguridad de ambos países, con el fin de enfrentar a las organizaciones criminales transnacionales.
La visita de Rubio coincide con el operativo militar estadounidense en el sur del Caribe, que recientemente interceptó una lancha procedente de Venezuela, presuntamente cargada con droga. En el ataque fallecieron 11 personas, señaladas por Washington como integrantes del Tren de Aragua, grupo al que también catalogó como organización terrorista.
El hecho incrementó la tensión diplomática con Caracas, que acusó a Estados Unidos de utilizar estas acciones como pretexto para desestabilizar al gobierno de Nicolás Maduro.