
Un avión ruso Antonov An-24 con 48 personas a bordo se estrelló este jueves en el oriente del país cuando se aproximaba para aterrizar, causando la muerte de todos los ocupantes, según confirmaron autoridades e investigadores. El fuselaje del avión, una aeronave de casi cinco décadas de antigüedad fabricada en tiempos soviéticos, fue hallado en llamas desde un helicóptero.
Entre los fallecidos había 42 pasajeros —incluidos cinco menores de edad— y seis tripulantes. La fiscalía abrió una investigación penal por una posible violación de las normas de aviación que habría provocado múltiples muertes por negligencia. Imágenes aéreas mostraron la aeronave estrellada en una zona boscosa, con humo saliendo del lugar. El acceso fue complicado debido a la falta de caminos, por lo que más de 100 rescatistas utilizaron maquinaria pesada para llegar hasta allí.
El gobernador regional, Vasily Orlov, ofreció sus condolencias a las familias de las víctimas, declaró tres días de luto oficial y ordenó que las banderas ondearan a media asta. “Con profundo pesar informo que, de acuerdo con los primeros informes, no hay sobrevivientes en el accidente del An-24 en el distrito de Tynda. Los equipos de rescate ya se encuentran en el lugar”, indicó.
La aeronave pertenecía a la aerolínea regional Angara, con sede en Siberia. Había sido fabricada en 1976 y anteriormente fue parte de la flota de Aeroflot, la aerolínea estatal soviética, antes de la disolución de la URSS. Cubría la ruta entre Blagoveshchensk y Tynda, una ciudad remota de la región de Amur, fronteriza con China, y desapareció del radar durante el descenso.
Los restos fueron localizados en una ladera a unos 15 kilómetros de Tynda, de acuerdo con el servicio de emergencias citado por la agencia Interfax.