
Abbott explicó que el número de desaparecidos podría aumentar en los próximos días. “Solo en el condado de Kerr hay 161 personas cuyo paradero se desconoce, de acuerdo con los reportes de amigos, vecinos y familiares”, señaló el mandatario, quien agregó que probablemente se sumen más nombres a la lista.
El condado de Kerr, ubicado en el centro de Texas en una zona conocida como “el callejón de las inundaciones repentinas”, ha sido el más golpeado por el desastre, con al menos 94 muertes. Entre las víctimas se encuentran 27 niñas y guías que se encontraban en un campamento de verano a orillas del río Guadalupe durante las celebraciones del 4 de julio, Día de la Independencia en Estados Unidos.
Hasta el martes por la tarde, aún no se tenía rastro de cinco menores del campamento, un monitor y otro niño ajeno al grupo, según confirmó Abbott. “Lo más importante para nosotros es la gente de esta comunidad, especialmente aquellos que aún no han sido localizados”, expresó.
En otros puntos del estado se han contabilizado al menos 15 decesos adicionales, de acuerdo con cifras oficiales.
Las labores de búsqueda se han visto obstaculizadas por las difíciles condiciones del terreno, según explicó Ben Baker, miembro de los guardabosques de Texas. “El lodo y los cúmulos de escombros dificultan enormemente las tareas de recuperación; adentrarse en ellos puede resultar muy peligroso”, advirtió. Para las operaciones se están utilizando helicópteros, drones y perros de búsqueda.
En el vecino estado de Nuevo México, el Servicio Meteorológico Nacional (NWS) declaró una emergencia por inundaciones repentinas en la localidad de Ruidoso, ubicada a unos 296 kilómetros al sur de Albuquerque. Varias personas quedaron atrapadas por el agua y se reportaron viviendas dañadas. El río Ruidoso habría alcanzado una altura de más de seis metros.