
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, visitó este martes el nuevo centro de detención para migrantes denominado “Alligator Alcatraz”, ubicado en los Everglades de Florida. La administración está transformando el Aeropuerto de Entrenamiento y Transición Dade-Collier, situado en una zona remota, en un centro que podría albergar hasta cinco mil personas, según informaron las autoridades.
Las operaciones en el centro comenzaron este mismo martes, como parte del plan de Trump para reforzar las deportaciones a través del aumento en la capacidad de detención. Previamente, su gobierno ya había trasladado migrantes tanto a la base de Guantánamo como a una cárcel de gran tamaño en El Salvador.
Antes de salir de Washington para inspeccionar el nuevo centro, el presidente Trump se burló sobre los futuros residentes de la prisión y dijo: “Les vamos a enseñar cómo huir de un caimán si se escapan”. “No corran en línea recta. Corran así”, dijo mientras movía la mano en forma de zigzag. “¿Y saben qué? Sus probabilidades aumentan alrededor de un 1%”.
Por su parte, la portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, señaló que la visita de Trump tenía como objetivo promover el financiamiento para construir más centros como este, en el marco de su ambiciosa iniciativa legislativa sobre deportaciones masivas, que podría ser votada por el Senado este martes, antes de pasar a la Cámara de Representantes y con la fecha límite del 4 de julio en mente.
“Creemos que esta visita refuerza la urgencia de aprobar la Ley Única, Grande y Hermosa, ya que necesitamos más centros de detención en todo el país”, indicó Leavitt.
Se calcula que el centro costará a Florida alrededor de 450 millones de dólares anuales. Parte de estos fondos será reembolsado a través del Programa de Refugios y Servicios de FEMA. Durante una sesión informativa, Leavitt describió la instalación como de difícil acceso.
“Solo hay una ruta de entrada, y la única salida es en avión. Está rodeada de animales salvajes y de un entorno hostil. Tendrá capacidad para cinco mil camas, destinadas a alojar, procesar y deportar a migrantes indocumentados con antecedentes penales. Es una medida eficiente y de bajo costo para llevar a cabo la mayor operación de deportación masiva en la historia del país”, explicó.
Ante cuestionamientos por la ubicación inhóspita, Leavitt defendió la elección, argumentando que eso dificulta las fugas.
“Cuando tienes asesinos ilegales, violadores y criminales peligrosos detenidos en un lugar rodeado de caimanes, claro que eso disuade intentos de escape”, afirmó. También mencionó que ha habido fugas de otros centros, como uno reciente en Nueva Jersey, por lo que enfatizó la necesidad de garantizar la seguridad pública de los estadounidenses.
El fiscal general de Florida, James Uthmeier, compartió en la red social X que la instalación es clave para ejecutar el plan de deportación masiva de Trump y que su ubicación remota reduce los gastos en seguridad.
“No hace falta invertir mucho en cercas. Si alguien se escapa, lo único que encontrará son caimanes y pitones. No hay dónde esconderse ni a dónde huir”, escribió Uthmeier.
Trump estuvo acompañado en su recorrido por la secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem; el gobernador de Florida, Ron DeSantis; y el congresista Byron Donalds.
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