
A pesar de las amenazas y la ley anti gay de Orban, por primera vez la Marcha del Orgullo LGBT+ de Budapest reunió a miles de personas, bajo el lema: «Orban, no te tengo miedo».
Con banderas arcoíris en alto, decenas de miles de personas participaron este sábado en la Marcha del Orgullo en Budapest, desafiando la prohibición impuesta por el gobierno húngaro y convirtiendo el evento en una manifestación contra el primer ministro ultraconservador Viktor Orban.
Aunque no se ofrecieron datos oficiales, los organizadores calcularon una asistencia cercana a las 200 mil personas, superando ampliamente el récord anterior de 35 mil participantes.
La movilización comenzó alrededor de las 15:00 horas (hora local), cerca del ayuntamiento de Budapest, decorado con los colores del arcoíris. Cuatro horas después, la marcha seguía en curso.
A pesar de que el gobierno evitó enviar fuerzas de seguridad para no generar imágenes de represión, Orban advirtió con posibles consecuencias legales para personas LGBT+. La situación ha atraído la atención de toda Europa, y Bruselas condenó la prohibición como un retroceso sin precedentes en los derechos LGBT+ dentro de la Unión Europea.
Treinta y tres países respaldaron la manifestación, aunque el ministro de Justicia húngaro advirtió a los diplomáticos que podrían enfrentar consecuencias si asistían a un acto prohibido. Aun así, decenas de eurodiputados participaron como forma de protesta.
Durante el recorrido, las autoridades instalaron cámaras con tecnología de reconocimiento facial. El gobierno anunció multas de hasta 500 euros (equivalentes a unos 11 mil pesos mexicanos) y penas de hasta un año de cárcel para quienes organizaran o promovieran la marcha. En contraste, se permitieron contramanifestaciones organizadas por grupos de ultraderecha, incluso en la misma ruta del desfile del Orgullo.