
El presidente Donald Trump anunció que Estados Unidos ejecutó un ataque exitoso contra tres instalaciones nucleares en Irán, entre ellas la planta subterránea de enriquecimiento de uranio en Fordow. Este operativo ocurrió a pesar de que, días antes, varios políticos estadounidenses habían descartado una intervención inminente.
A través de su red Truth Social, Trump escribió:
«Hemos llevado a cabo con gran éxito un ataque sobre tres instalaciones nucleares de Irán: Fordow, Natanz e Isfahán.»
La ofensiva se enmarca en el contexto del conflicto entre Israel e Irán. Israel inició ataques hace una semana, y Teherán respondió lanzando una serie de misiles que lograron esquivar el sistema de defensa israelí, conocido como el Domo de Hierro. Irán acusó a Israel de emprender una agresión injustificada y contraria al derecho internacional.
Durante una semana, ambos países han sostenido una escalada bélica continua.
Trump afirmó que todos los aviones participantes en el ataque regresaron ilesos tras lanzar una carga total de bombas sobre Fordow: “Nuestros grandes soldados han vuelto a casa sanos y salvos. Ningún ejército del mundo podría haberlo hecho mejor.»
El mandatario aseguró que el objetivo del ataque fue impedir que Irán continúe desarrollando su capacidad nuclear, eliminando así una amenaza directa contra Israel y la estabilidad regional.
Se especula que en la ofensiva participaron bombarderos furtivos B-2, previamente desplegados en el océano Pacífico, equipados con bombas perforantes GBU-57, diseñadas para alcanzar instalaciones subterráneas fortificadas como Fordow.
Hasta el momento, Irán no ha emitido ninguna respuesta oficial al ataque.
En un mensaje posterior, Trump anunció una conferencia nocturna para dirigirse al país y declaró que «ha llegado el momento de la paz», exigiendo a Irán poner fin a su guerra contra Israel.
