
La salud mental es un componente fundamental del bienestar individual y colectivo, y su atención es cada vez más urgente. Sin embargo, entre los hombres, hablar de este tema ha sido difícil por mucho tiempo. Esto se debe a los roles y estereotipos de género que relacionan la masculinidad con la fortaleza, la invulnerabilidad y el control emocional.
Desde pequeños, muchos hombres aprenden a esconder sus emociones y a enfrentar los problemas sin pedir ayuda. Esta presión por aparentar fortaleza puede provocar estados de ansiedad y depresión que, por temor a ser juzgados o vistos como débiles, suelen quedar ocultos y sin tratamiento, advirtió Roberto Mercadillo Caballero, psicólogo del Centro Neurológico y de Sueño.
El especialista mencionó que cerca del 80% de los hombres a nivel mundial han experimentado algún trastorno neuropsiquiátrico sin hablar de ello, incluso cuando se les pregunta directamente. Además, alrededor del 40% nunca ha acudido a una consulta psicológica ni ha compartido lo que siente, y un 20% afirma que no planea hacerlo nunca.
Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en 2023 se reportaron 8,837 suicidios, de los cuales el 81.1% correspondió a hombres y el 18.9% a mujeres. Esta alarmante diferencia pone en evidencia la necesidad urgente de prestar más atención a la salud mental masculina.
A diferencia de las enfermedades físicas, en las que se puede identificar un órgano afectado y aplicar un tratamiento, los problemas mentales son más complejos. Aunque el sistema nervioso es responsable de nuestras emociones, pensamientos y acciones, también está influido por lo que percibimos del entorno: lo que vemos, escuchamos y recordamos. En algunos casos, aunque el cerebro funcione aparentemente bien o se estabilice con medicamentos, las causas externas del malestar persisten, explicó el experto.
La ansiedad y la depresión encabezan la lista de los trastornos mentales más frecuentes en hombres. Se calcula que el 10.7% de ellos sufre depresión (frente al 19.5% de las mujeres), y el 15% padece ansiedad (en comparación con el 23.2% de las mujeres). Estas diferencias podrían deberse a factores biológicos y culturales, pero también a la tendencia de los hombres a evitar buscar ayuda profesional, lo cual influye en las estadísticas.
Mercadillo subrayó que mantener una buena salud mental influye directamente en la forma en que pensamos, sentimos, tomamos decisiones y percibimos la realidad. Por eso, resaltó la importancia de promover el autocuidado desde la infancia, con adultos que sirvan como ejemplo.
También destacó el valor de la comunicación abierta: “Cuando los hombres aprendemos a escuchar sin juzgar, entendemos que al hablar tampoco debemos temer ser juzgados. Esto reduce el estigma y facilita expresar lo que sentimos”.
Entre los signos que pueden indicar la presencia de un trastorno mental en hombres, se encuentran: dificultad para relacionarse incluso con personas cercanas, insomnio, falta de energía, pérdida de interés en actividades cotidianas, descuido personal, aumento en el consumo de sustancias como alcohol o tabaco, y comportamientos hostiles que pueden escalar en violencia.
Ante la presencia de estos síntomas, buscar ayuda es fundamental. El primer paso puede ser acudir a un médico general o asesor escolar, quienes pueden orientar al paciente hacia atención psicológica o psiquiátrica si lo consideran necesario.
Por último, el especialista recomendó los grupos de apoyo para hombres, donde es posible compartir experiencias en un ambiente seguro y sin juicios. Sin embargo, advirtió que es vital elegir espacios guiados por profesionales capacitados. “Lo ideal es acudir a clínicas universitarias o centros especializados donde existan grupos de hombres que trabajen juntos por su bienestar emocional y por construir nuevas formas de vivir su masculinidad”, concluyó.
