
Según información obtenida por Politico, la Casa Blanca ha instruido a todas sus embajadas a detener temporalmente la asignación de nuevas citas para visas de estudiantes, mientras se implementa un nuevo sistema de control que incluiría la revisión obligatoria de redes sociales.
La administración de Donald Trump ha ordenado frenar la emisión de nuevas citas para las visas tipo F, M y J —utilizadas por estudiantes y participantes de programas de intercambio— con efecto inmediato. Un cable fechado el martes y firmado por el secretario de Estado, Marco Rubio, detalla esta medida, que anticipa la aplicación de nuevas directrices en los próximos días.
El documento señala que esta pausa responde a la preparación para ampliar los controles de seguridad, incluyendo una evaluación obligatoria de la actividad en redes sociales de todos los solicitantes extranjeros. Hasta ahora, este tipo de revisión se enfocaba mayormente en estudiantes reincidentes o vinculados, presuntamente, a protestas en favor de Palestina.
Aunque desde 2020 ya se solicitaban identificadores de redes sociales en algunos formularios, ahora se planea ampliar de forma considerable esa exigencia a todos los aspirantes. El cable hace referencia a órdenes ejecutivas enfocadas en la lucha contra el terrorismo y el antisemitismo, aunque no especifica qué tipo de publicaciones o conexiones en línea podrían ser consideradas sospechosas.
La ambigüedad en los criterios ha generado preocupación entre diplomáticos y funcionarios consulares, quienes temen una sobrecarga del sistema.
Esta decisión se anunció poco después de que el gobierno revocara —aunque un juez luego suspendió esa medida— la autorización que permitía a la Universidad de Harvard aceptar estudiantes internacionales. La secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, argumentó que el ingreso de extranjeros a universidades es un privilegio, no un derecho, y que estas instituciones obtienen grandes beneficios financieros al cobrar matrículas elevadas a estos alumnos.
Las universidades temen una fuerte afectación económica. Según la asociación NAFSA, en 2024 los estudiantes internacionales generaron 44 mil millones de dólares y sostuvieron más de 370 mil empleos en Estados Unidos. “Si EE. UU. deja de aceptar a estos estudiantes, el golpe económico será devastador,” advirtió en redes sociales Aaron Reichlin-Melnick, del American Immigration Council.
Además del impacto financiero, la medida podría dañar la reputación académica de los campus estadounidenses. “Cerrar las puertas al talento internacional compromete el liderazgo científico de EUA”, alertó Miriam Feldblum, directora de la Presidents’ Alliance on Higher Education and Immigration.