
Durante 2025, la acumulación de sargazo en las playas del Caribe mexicano ha alcanzado niveles sin precedentes, con una estimación de 31 millones de toneladas métricas.
Este aumento representa un 40% más en comparación con el récord anterior registrado en junio de 2022, lo que ha encendido las alarmas entre autoridades y empresarios del sector turístico.
De acuerdo con el Sargassum Watch System (SaWS) de la Universidad del Sur de Florida, esta acumulación se extiende por más de 5,500 millas náuticas, afectando no solo al Caribe mexicano, sino también a la costa de Florida.
Entre las causas se destacan el cambio climático, el uso intensivo de fertilizantes agrícolas y el vertido de nutrientes provenientes de grandes cuencas hidrográficas como las del Amazonas y el Misisipi.
En respuesta a esta situación, la Secretaría de Ecología y Medio Ambiente (SEMA) de Quintana Roo ha instalado más de 9 kilómetros de barreras flotantes en zonas como Playa del Carmen, Puerto Morelos y Mahahual para frenar la llegada del sargazo.
La gobernadora Mara Lezama ha señalado que estas acciones se están llevando a cabo en coordinación con la Secretaría de Marina (SEMAR), encargada de las tareas de recolección en mar abierto.
El arribo masivo de sargazo ha dificultado las actividades en las playas, lo que ha llevado a los operadores turísticos a buscar nuevas opciones para los visitantes. Nicanor Reyes, responsable del área de camastros en el club de playa La Tarraya, comentó que se están evaluando alternativas para reducir el impacto negativo en la experiencia de los turistas.
Se prevé que la mayor concentración de sargazo se presente entre los meses de junio y agosto. El monitoreo satelital continuará activo durante los próximos meses, con especial énfasis en el Caribe occidental, el Golfo de México y la península de Florida.
La llegada masiva de sargazo supone un reto considerable para la industria turística del Caribe mexicano. Será fundamental la colaboración entre autoridades y empresarios para aplicar estrategias eficaces que mitiguen sus efectos en la economía local y en la calidad de las experiencias turísticas.