
Cada 2 de mayo se conmemora el Día Internacional contra el Bullying o Acoso Escolar, una fecha dedicada a generar conciencia sobre los peligros que representa esta problemática en la vida de niños y adolescentes alrededor del mundo. El objetivo es sensibilizar a la sociedad y promover acciones para prevenir esta forma de violencia que, actualmente, representa una grave amenaza para la infancia y la juventud.
Esta efeméride fue impulsada por asociaciones de padres y organizaciones no gubernamentales, que buscan visibilizar las consecuencias del acoso escolar, fomentar estrategias de prevención en los entornos educativos y establecer protocolos de intervención en caso de que se presenten situaciones de este tipo. El símbolo de esta lucha es un lazo de color púrpura.
El bullying, también conocido como acoso escolar, se refiere a conductas hostiles —ya sean verbales o físicas— que se repiten en el tiempo y causan daño, ya sea temporal o permanente, a quien las sufre. Estas acciones pueden incluir intimidación, amenazas, manipulación y agresiones físicas, realizadas por uno o varios individuos hacia una víctima.
El acoso escolar suele reflejarse en consecuencias como bajo rendimiento académico, síntomas depresivos, baja autoestima e incluso pensamientos suicidas. Aunque la violencia entre menores no es nueva, en los últimos años su intensidad ha aumentado, afectando profundamente no solo al estudiante agredido, sino también a su entorno familiar.
Datos de UNICEF revelan que uno de cada tres niños en el mundo es víctima de bullying, lo que evidencia la magnitud de este problema global.
Erradicar el bullying es responsabilidad de todos
A menudo, algunos adultos minimizan el acoso escolar, considerándolo una etapa natural de la infancia. No obstante, esta percepción errónea puede tener graves consecuencias. Lejos de fortalecer a los niños, la violencia vivida durante esta etapa puede generar adultos inseguros, con dificultades para establecer relaciones saludables en su vida personal o profesional.
Estas experiencias también pueden llevar a que la violencia se normalice, perpetuando un ciclo en el que la víctima termina atrayendo o repitiendo patrones abusivos.
El bullying en la era digital: el ciberacoso
Hoy en día, el acoso también se manifiesta en el entorno digital. El ciberacoso o acoso en redes sociales es una de las formas más comunes de bullying, y ha contribuido al preocupante incremento de casos de suicidio en varios países. A pesar de la complejidad del problema, aún es posible tomar medidas de prevención y protección.
Algunas recomendaciones incluyen:
-Ajustar la configuración de privacidad en redes sociales para limitar el acceso a desconocidos.
-Bloquear y eliminar a quienes envíen mensajes ofensivos.
-Denunciar a los agresores en las plataformas correspondientes.
-Hablar abiertamente con adultos de confianza sobre lo que está ocurriendo.
-Acudir a las autoridades si se detectan amenazas graves o riesgos a la integridad física o emocional.
-Conservar pruebas como mensajes, imágenes o videos, que sirvan como evidencia.
-Tomarse un descanso de las redes sociales si es necesario, para proteger la salud mental.