
El Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) atiende anualmente un promedio de 10,500 casos de tuberculosis, a través de un enfoque integral basado en antibióticos.
Se trata de pacientes que experimentan tos persistente por más de dos semanas, tos con sangre, dolor en el pecho, debilidad, fatiga, pérdida de peso o fiebre. Si se presentan estos síntomas, es importante acudir a la Unidad de Medicina Familiar (UMF).
Daniel Baltazar Salazar, coordinador de programas médicos en la División de Prevención y Detección de Enfermedades del IMSS, destacó la necesidad de sensibilizar a la población sobre esta enfermedad. Explicó que una persona no diagnosticada y sin tratamiento puede contagiar a hasta 15 personas más en el transcurso de un año.
El tratamiento ofrecido es integral y principalmente consiste en antibióticos. Es un esquema estandarizado, lo que significa que todo el sistema de salud utiliza el mismo tratamiento, el cual es estrictamente vigilado.
Baltazar precisó que los síntomas varían dependiendo del área afectada. Aunque la tuberculosis afecta principalmente los pulmones, también puede comprometer otros órganos como los riñones, el cerebro, el sistema digestivo, la columna vertebral y la piel.
Es una enfermedad infecciosa provocada por una micobacteria que se transmite a través de gotas de saliva dispersas en el aire cuando una persona enferma tose, estornuda o escupe. En algunos países, como México, para prevenir la tuberculosis que afecta las capas protectoras del cerebro en los primeros 30 días de vida, se administra la vacuna BCG (bacilo de Calmette-Guérin) a los recién nacidos. Esta vacuna previene específicamente la infección y sus complicaciones, como la tuberculosis meníngea, que en el pasado causaba muertes y secuelas permanentes en niños. Sin embargo, la vacunación en la infancia no protege contra la tuberculosis en otras partes del cuerpo, por lo que la detección es crucial.
Baltazar también señaló que cuando se detecta un caso de tuberculosis, debe ser notificado al Sistema Nacional de Vigilancia Epidemiológica, y se realiza un seguimiento exhaustivo para asegurar el cumplimiento del tratamiento. Este seguimiento es esencial para identificar posibles resistencias de la micobacteria a los antibióticos, lo que será evaluado por un comité de expertos para determinar el tratamiento adecuado.
El especialista hizo un llamado a la detección y tratamiento oportuno de la enfermedad, para evitar complicaciones que puedan poner en riesgo la vida. Recomendó acercarse a la UMF para recibir orientación sobre la enfermedad, los factores de riesgo asociados y realizarse las pruebas correspondientes.