
El papa Francisco, quien actualmente se encuentra en un periodo de descanso de dos meses mientras se recupera de una neumonía doble que lo mantuvo hospitalizado por más de un mes, hizo una aparición inesperada en la Basílica de San Pedro del Vaticano. En esta ocasión, se le vio sin su habitual sotana blanca.
Estuvo en el sitio durante aproximadamente diez minutos, dedicados a la oración frente a la tumba de San Pío X, un papa con quien ha expresado una particular afinidad.
Durante el trayecto se observa al pontífice de 88 años en silla de ruedas, con un semblante animado, vestido con pantalones oscuros y cubierto con una manta de rayas sobre el pecho.
Mientras era conducido por sus asistentes en la silla de ruedas, el papa saludó a los presentes en la basílica. Aún utiliza una cánula nasal para recibir oxígeno suplementario.