
En el mundo, cerca del 25 % de la población porta la bacteria causante de la tuberculosis (TB), aunque solo un pequeño porcentaje desarrolla la enfermedad, según el Instituto Nacional de Salud Pública (INSP).
La tuberculosis es una infección provocada por la bacteria Mycobacterium tuberculosis, que afecta principalmente los pulmones. Se transmite por el aire cuando una persona enferma tose, estornuda o escupe.
Muchas personas infectadas no presentan síntomas ni pueden contagiar la enfermedad. Sin embargo, algunas sí llegan a enfermarse, y los niños tienen un mayor riesgo. En las primeras etapas, los síntomas pueden ser leves y prolongados, lo que facilita su propagación.
Con motivo del Día Mundial de la Tuberculosis, conmemorado cada 24 de marzo, el INSP advirtió que el riesgo de contraer la enfermedad es mucho mayor en personas con sistemas inmunológicos debilitados. En el caso de quienes viven con VIH, la probabilidad de desarrollar TB activa es aproximadamente 13 veces mayor.
A nivel global, la tuberculosis sigue siendo la infección más mortal, incluso por encima de la COVID-19. Para dimensionar su impacto, en 2018 se registraron 10 millones de casos y alrededor de 1.5 millones de muertes, lo que equivale a unas 4,000 diarias. En México, ese mismo año, fallecieron más de 1,800 personas a causa de la enfermedad, el 90 % por afectación pulmonar.
Además, aproximadamente el 70 % de los pacientes con tuberculosis en México presenta otro problema de salud, como diabetes (controlada o no), desnutrición, tabaquismo, consumo excesivo de alcohol o VIH. La tuberculosis meníngea ha aumentado entre los menores, lo que representa una grave preocupación. Asimismo, el envejecimiento de la población podría influir en la incidencia de TB en el país, ya que no hay una preparación adecuada para garantizar la salud en la vejez.
Según la Organización Mundial de la Salud, en 2023, 10.8 millones de personas enfermaron de tuberculosis y 1.25 millones murieron por la infección.
Este año, el lema del Día Mundial de la Tuberculosis es: «¡Sí! Podemos poner fin a la tuberculosis: comprometerse, invertir, cumplir», un llamado a la esperanza, la acción inmediata y la responsabilidad colectiva.