
El iceberg A-84, que emergió recientemente, pasó parte del verano austral de 2024-2025 desplazándose por el hemisferio sur y chocando contra distintas zonas de la costa antártica. Sus dimensiones alcanzan los 30 kilómetros de largo y 17 de ancho, comparables al tamaño de la ciudad de Chicago.
En el último mes, este bloque de hielo con forma irregular recorrió aproximadamente 250 kilómetros desde su punto de origen, cerca del extremo sur de la plataforma de hielo Jorge VI, siguiendo la base de la península Antártica.
El trayecto del iceberg fue registrado en una animación publicada por el NASA Earth Observatory, basada en imágenes satelitales captadas entre el 15 de enero y el 15 de febrero de 2025. Estas imágenes provienen de los sensores MODIS de los satélites Terra y Aqua de la NASA, así como del VIIRS a bordo del satélite Suomi NPP.
A finales de 2024, se detectó una fractura en la plataforma de hielo Jorge VI, aunque el futuro iceberg permanecía rodeado de hielo marino en la entrada de la bahía Ronne, situada en el extremo sur de la plataforma. Jorge VI es una plataforma de hielo particular, ya que tiene frentes glaciares tanto en su sector norte como en el sur. Para enero de 2025, el derretimiento del hielo marino estacional permitió que las corrientes oceánicas arrastraran al iceberg.
El desplazamiento acelerado del A-84 ha sorprendido a los expertos. «Es impresionante la rapidez con la que se movió con la corriente costera», comentó Christopher Shuman, glaciólogo retirado de la Universidad de Maryland, quien también se cuestionó sobre los procesos que ocurren bajo la plataforma de hielo.
El desprendimiento de icebergs es un proceso natural en las plataformas de hielo. No obstante, el aumento de las temperaturas del aire y del océano, junto con la reducción del hielo marino que actúa como barrera protectora, pueden acelerar estos eventos y, en algunos casos, llevar al colapso de plataformas, como ha ocurrido en distintos puntos de la península Antártica.
Desde la década de 1940, observaciones de exploradores y estudios de teledetección han documentado la pérdida de hielo en la plataforma Jorge VI. Hasta el momento, este retroceso ha sido progresivo, en parte debido a su ubicación estratégica entre la península Antártica y la isla Alexander, lo que le otorga cierta estabilidad.
El iceberg A-84 es uno de los más recientes en desprenderse de la Antártida, un fenómeno que se ha vuelto más frecuente debido al cambio climático. La plataforma Jorge VI, de donde se originó, es una de las más extensas de la península Antártica, con una superficie aproximada de 24,000 km². Aunque su estabilidad se debe en parte a que está contenida entre dos masas de tierra, estudios han evidenciado su adelgazamiento en las últimas décadas, lo que la hace más propensa a fracturas futuras.
El desplazamiento del iceberg A-84 sigue un patrón similar al de otros icebergs antárticos, impulsado por la Corriente Circumpolar Antártica. Su velocidad depende de factores como los vientos, las corrientes marinas y la interacción con otras masas de hielo. A modo de comparación, el iceberg A-68, desprendido de la plataforma Larsen C en 2017, recorrió más de 1,500 kilómetros durante su primer año a la deriva.
El calentamiento de los océanos es un factor determinante en la aceleración de estos procesos. Investigaciones del Programa de Observación del Clima del Océano Austral han revelado un aumento en la temperatura de las aguas profundas que rodean la Antártida, lo que contribuye al derretimiento de las plataformas desde su base, debilitándolas y favoreciendo la aparición de fracturas como la que dio origen al iceberg A-84.