El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, afirmó que, según su plan para que su país asuma el control de Gaza, los palestinos no tendrán derecho a regresar a ese territorio. Su propuesta se basa en un «proyecto de desarrollo inmobiliario para el futuro».
Durante una entrevista con la cadena Fox News, Trump explicó que los palestinos no podrían regresar, pero en su lugar tendrían viviendas «mucho mejores». Según sus declaraciones, su plan contempla la construcción de un espacio permanente para ellos, ya que actualmente Gaza no es habitable y tomaría años reconstruirla.
La semana pasada, Trump presentó partes de su plan en una conferencia con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, durante su visita a Washington. La propuesta sugiere que los palestinos podrían ser reubicados en Egipto o Jordania, aunque ambos países han rechazado la idea.
El canciller egipcio, Badr Abdelatty, se trasladó a Washington para reunirse con su homólogo estadounidense, Marco Rubio, mientras que el rey Abdalá II de Jordania tenía previsto dialogar con Trump al respecto.
En la conversación, Trump indicó que su plan contempla la construcción de «hermosas comunidades» para más de dos millones de habitantes de Gaza. Según él, estas comunidades estarían ubicadas en zonas más seguras y alejadas del conflicto actual, transformando el territorio en un «desarrollo inmobiliario con gran potencial».
Trump sorprendió a la comunidad internacional al anunciar que Estados Unidos asumiría el control de Gaza, retiraría los escombros y bombas sin detonar, y convertiría la zona en una especie de «Riviera de Oriente Medio». Inicialmente, había sugerido que los palestinos serían parte de esta transformación, pero posteriormente cambió de postura.
El primer ministro Netanyahu elogió la propuesta, calificándola como «revolucionaria» y beneficiosa para Israel. Sin embargo, la mayoría de la comunidad internacional ha rechazado la iniciativa. Países árabes, los propios palestinos y naciones como Alemania han expresado su descontento, argumentando que la propuesta es inaceptable y contraria al derecho internacional.
Además, se teme que la iniciativa de Trump ponga en riesgo el frágil alto el fuego de seis semanas entre Israel y Hamás, afectando cualquier posible avance hacia una solución más estable en la región.