
La coalición rebelde siria, liderada por Hayat Tahrir al-Sham (HTS), ha intensificado su ofensiva contra el régimen de Bashar al-Asad, logrando esta semana el control de dos ciudades clave: Alepo y Hama. Estas victorias representan un golpe significativo para el gobierno, respaldado por Rusia e Irán, y reavivan la guerra civil siria, que en los últimos años había estado relativamente inactiva.
En declaraciones a CNN, Abu Mohammad al-Jolani, líder de HTS, reafirmó que el principal objetivo de su coalición sigue siendo derrocar al régimen autoritario de Al-Asad. “La meta de la revolución es acabar con este régimen, y utilizaremos todos los recursos disponibles para lograrlo”, afirmó Jolani.
El pasado 5 de diciembre, los insurgentes capturaron Hama, ubicada en el centro del país, pocos días después de apoderarse de Alepo, la segunda ciudad más grande y un importante centro comercial. Estos avances, logrados en un corto periodo de tiempo, han sorprendido a los analistas por la capacidad organizativa y estratégica mostrada por los rebeldes, lo que supone un desafío mayor para el gobierno de Al-Asad y sus aliados internacionales.
Jolani también enfatizó que el régimen siempre ha tenido debilidades internas que lo han hecho vulnerable, a pesar de los intentos de Irán y Rusia por mantenerlo a flote. Según él, el régimen está condenado al fracaso.
La ofensiva liderada por HTS también busca consolidar su control territorial en el noroeste del país, aunque enfrenta retos significativos, incluyendo la desconfianza internacional y su designación como grupo terrorista por Estados Unidos desde 2018.
Por primera vez, en una entrevista con medios internacionales, Jolani utilizó su nombre real, Ahmed al-Sharaa, lo que refleja un intento de proyectar una imagen renovada. Durante la conversación, afirmó que su visión para Siria incluye un gobierno institucional y seguro para las minorías religiosas y étnicas. También reconoció errores cometidos en el pasado, atribuyéndolos al caos de la guerra.
A pesar de sus esfuerzos por mostrarse más moderado, HTS ha sido señalado por organizaciones de derechos humanos por presuntas represiones y abusos contra disidentes en zonas bajo su control, denuncias que Jolani niega categóricamente. Argumenta que su grupo se ha distanciado de las tácticas extremistas de otros movimientos y busca establecer un modelo de gobierno más inclusivo.
Con el control reciente de Alepo y Hama, HTS enfrenta no solo desafíos militares, sino también la responsabilidad de gobernar un territorio en expansión. Jolani insiste en que su objetivo va más allá del ámbito militar: busca construir una Siria sin Al-Asad ni la influencia de potencias extranjeras, basada en instituciones democráticas y representativas.
El conflicto sirio, que ya supera una década, sigue siendo un campo de batalla donde intervienen diversos actores internacionales, incluyendo Estados Unidos, Turquía, Rusia, Irán y grupos como Hezbolá, en un contexto de gran complejidad política y humanitaria.