
El presidente Luiz Inácio Lula da Silva inauguró este lunes la cumbre de jefes de Estado del G20 en Río de Janeiro con un enfático llamado a combatir la pobreza y la desigualdad, destacando la reunión como una oportunidad para que Brasil recupere su relevancia en la escena internacional.
En su discurso inaugural, Lula presentó la Alianza Contra el Hambre y la Pobreza, una iniciativa que busca erradicar el hambre para 2030 mediante políticas sociales financiadas con apoyo de más de 81 países y organismos internacionales como el Banco Mundial. Según datos de la FAO citados por Lula, actualmente 733 millones de personas sufren desnutrición. “El hambre y la pobreza no son inevitables; son el resultado de decisiones políticas que perpetúan la exclusión”, afirmó.
La Argentina, bajo el liderazgo de Javier Milei, fue el único país del bloque que no se sumó a este programa. Durante la recepción oficial, el saludo entre Lula y Milei fue breve y distante, reflejando las tensiones entre ambos mandatarios.
La cumbre, considerada prioritaria por Brasil, también aborda el desarrollo sostenible y la reforma de instituciones internacionales. Asisten líderes como Joe Biden, Xi Jinping y Javier Milei, aunque Vladimir Putin es el gran ausente, representado por el canciller Serguéi Lavrov debido a la orden de arresto internacional emitida contra él.
La seguridad del evento ha sido reforzada con un decreto de Garantía de Ley y Orden (GLO), luego de un atentado con explosivos en Brasilia la semana anterior. Sin embargo, un incidente ocurrido el fin de semana, cuando un vehículo asignado a la comitiva de Lula fue robado y posteriormente recuperado, evidenció las persistentes falencias de seguridad pública en Río de Janeiro.
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