
En 1985, la ONU decidió declarar el primer lunes de octubre como el Día Mundial del Hábitat con el propósito de asegurar que el crecimiento de las ciudades se llevara a cabo de manera sostenible y que todos los ciudadanos tuvieran garantizado su derecho a una vivienda digna.
El principal motivo para la creación de este día fue el creciente fenómeno desde los años 80 en el que cada vez más personas que vivían en áreas rurales comenzaron a trasladarse a las ciudades en busca de una mejor calidad de vida.
Se estima que para 2030, el 60% de la población mundial vivirá en áreas urbanas. Si no se planifica adecuadamente, esta migración puede resultar en la creación de zonas marginales, con altos niveles de pobreza, desempleo, delincuencia, contaminación y enfermedades.
El tema para el Día Mundial del Hábitat de 2024 es «Involucrar a los jóvenes para crear un futuro urbano mejor».
Dada la rápida urbanización, especialmente en regiones de África y Asia, se pretende destacar la importancia de la participación juvenil en la planificación de ciudades sostenibles. La celebración busca fomentar la inclusión de las nuevas generaciones en procesos participativos y liderazgo local para asegurar que las ciudades del futuro sean sostenibles.
Con el objetivo de incentivar soluciones a los problemas urbanos, la ONU creó el Premio del Centro de las Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos. Tanto instituciones como individuos pueden presentar propuestas para resolver desafíos específicos de sus ciudades, regiones o países.
Este premio busca motivar a los países a encontrar soluciones a sus propios problemas. En algunas regiones de España, por ejemplo, los alcaldes han promovido la repoblación de áreas rurales ofreciendo viviendas a bajo costo a extranjeros. En otros países, se incentiva a familias con muchos hijos o que están dispuestas a tenerlos para aumentar la población en ciertas zonas.
El Día Mundial del Hábitat pone de relieve que, independientemente de la planificación urbana, la migración desde áreas rurales hacia las ciudades es un problema significativo. Este fenómeno no solo afecta a las ciudades, sino también al desarrollo agrícola, la preservación cultural y a sectores productivos clave para el futuro.