El líder del grupo islamista proiraní Hezbolá, Hassan Nasrallah, reconoció en un discurso televisado que su organización ha sufrido un golpe «importante y sin precedentes». No obstante, aseguró que se recuperarán y que tomarán «duras represalias» por las explosiones de dispositivos de comunicación como bípers y walkie-talkies dirigidas contra sus miembros.
Nasrallah afirmó que Israel ha cruzado «todas las líneas rojas» al intentar matar a no menos de 5 mil personas mediante la detonación de dichos dispositivos durante dos días consecutivos. A pesar de esto, expresó que Hezbolá no caerá y se fortalecerá, preparándose para enfrentar futuros ataques aún más graves.
Nasrallah señaló que estos ataques podrían considerarse «crímenes de guerra o una declaración de guerra», y anunció que se llevará a cabo una investigación interna por las explosiones de los dispositivos de comunicación.
Además, advirtió a las autoridades israelíes que Hezbolá no detendrá sus ofensivas mientras Israel continúe su campaña en Gaza. Hezbolá seguirá apoyando a su aliado Hamás hasta que la agresión en Gaza finalice.
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