
El 13 de septiembre se celebra el Día Internacional del Chocolate, una fecha dedicada a uno de los placeres más exquisitos de la naturaleza.
Esta festividad se originó en Francia en 1995 como homenaje al escritor británico Roald Dahl, autor de la famosa obra Charlie y la Fábrica de Chocolate. Curiosamente, esta celebración también es apoyada por Estados Unidos, ya que coincide con el cumpleaños de Milton S. Hershey, fundador de la famosa compañía de chocolates Hershey.
La historia del chocolate está intrínsecamente ligada a la del cacao, cuyo origen se encuentra en América, especialmente en países tropicales como México, Colombia, Costa Rica y Venezuela.
En la época precolombina, el cacao no solo era valorado por su sabor, sino que también servía como moneda de cambio entre civilizaciones como los mayas, incas y aztecas. Con la llegada de los colonizadores españoles, el cacao llamó la atención, pero pasaría un tiempo antes de que el chocolate que conocemos hoy fuera descubierto.
En Venezuela, por ejemplo, durante la colonia, el cacao se consumía como bebida entre los esclavos, similar a la forma en que se prepara el café. Sin embargo, fueron los zambos, descendientes de africanos e indígenas, quienes mezclaron el polvo de cacao con leche, dando origen al chocolate caliente.
Aunque el chocolate es ampliamente consumido en todo el mundo hoy en día, en el siglo XIX era considerado un artículo de lujo, y tanto las semillas de cacao como el chocolate procesado eran a menudo objeto de contrabando.
Durante esa época, la armada española tuvo que enfrentarse a piratas y contrabandistas que traficaban con este valioso producto.
El chocolate también ofrece numerosos beneficios para la salud. Es nutritivo cuando contiene un alto porcentaje de cacao puro, mejora el flujo sanguíneo, regula la presión arterial, ayuda a combatir los radicales libres, eleva el colesterol bueno, mejora la función cerebral, alivia los síntomas menstruales, protege la piel del daño solar y reduce las migrañas.