Eduardo García Castrejón, académico de la Facultad de Medicina de la UNAM, informó que las personas con hepatitis pueden presentar síntomas como fiebre, fatiga, pérdida de apetito, náuseas y/o vómitos, dolor abdominal, orina oscura, heces de color arcilla, dolor en las articulaciones e ictericia, es decir, coloración amarillenta de la piel y los ojos.
“La hepatitis es una inflamación del hígado causada por virus que pueden ser de cinco cepas, las cuales varían en la gravedad que provocan en los pacientes. Es un problema de salud pública que puede ser mortal”, afirma con motivo del Día Mundial contra la Hepatitis, que se celebra el 28 de julio.
Las cepas principales son la hepatitis A, B, C, D y E, que se diferencian por su forma de transmisión y la gravedad que causan. «Las hepatitis B y C son las más graves; incluso la D, cuando se asocia con la B, puede ser muy grave y mortal si no se trata adecuadamente. La hepatitis A, común en niños, puede ser fatal si provoca hepatitis fulminante y no se detecta a tiempo», advierte el médico internista.
La hepatitis más común es la viral, causada por uno o varios de los virus (A, B, C, D y E); la hepatitis alcohólica se debe al consumo excesivo de alcohol; la tóxica es provocada por ciertos venenos, productos químicos, medicamentos o suplementos; y la autoinmune es una forma crónica en la que el sistema inmunitario ataca al hígado, cuya causa es desconocida, aunque pueden influir factores genéticos y ambientales.
Generalmente, las hepatitis A y E se transmiten por contacto con alimentos o agua contaminados con heces de una persona infectada. La hepatitis E también puede contraerse al consumir carne de cerdo, ciervo o mariscos poco cocidos.
Las hepatitis B, C y D se transmiten por exposición a sangre infectada. Las hepatitis B y D también pueden propagarse por contacto con otros fluidos corporales, lo que puede ocurrir al compartir agujas para drogas o mantener relaciones sexuales sin protección.
García Castrejón revela que en México, hasta 2020, se registraron 3,978 casos de hepatitis, con una incidencia de 3.1 por cada 100,000 habitantes. De hepatitis B se registraron 369 casos, con una incidencia de 0.28 por cada 100,000 habitantes; y de hepatitis C, 1,366 casos, con una incidencia de 0.6 por cada 100,000 habitantes. Aclara que ambas cifras pueden estar subestimadas, ya que muchas personas no se realizan pruebas o estudios.
La hepatitis es la segunda causa infecciosa de muerte en el mundo, con 1.3 millones de fallecimientos al año, según un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
De acuerdo con el documento presentado en la Cumbre Mundial sobre las Hepatitis, celebrada en Lisboa, Portugal, a pesar de la mejora en las herramientas de diagnóstico y la reducción de precios de los tratamientos, las tasas de cobertura de pruebas y tratamientos se han estancado.
La OMS considera que es posible alcanzar el objetivo de eliminar la hepatitis para 2030 si se toman medidas rápidas, como ampliar el acceso a pruebas y diagnósticos, reforzar la prevención en la atención primaria y movilizar un financiamiento innovador.
Datos recientes de 187 países indican que el número estimado de muertes por hepatitis víricas aumentó de 1.1 millones en 2019 a 1.3 millones en 2022. De estas, el 83 por ciento fueron causadas por hepatitis B y el 17 por ciento por hepatitis C. Cada día, 3,500 personas mueren en el mundo debido a estos dos tipos de hepatitis.
Según la Organización Panamericana de la Salud, los virus de las hepatitis B y C son responsables del 57 por ciento de los casos de cirrosis hepática y del 78 por ciento de los casos de cáncer primario de hígado.
García Castrejón subraya que el Día Mundial contra la Hepatitis es significativo para crear conciencia sobre esta enfermedad, que si no se trata, puede derivar en cáncer hepático; también para difundir información y que la población conozca la enfermedad y su forma de transmisión, así como la importancia de realizarse pruebas oportunamente.
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