
El Ministerio de Energía de Ucrania informó que un ataque de artillería rusa provocó la interrupción del suministro eléctrico en el Nuevo Confinamiento Seguro de Chernobyl, la estructura construida para aislar el reactor destruido en 1986. Según la dependencia, el corte se debió a fuertes sobretensiones que afectaron la instalación.
El organismo precisó que el confinamiento —conocido como “sarcófago moderno” y concluido en 2016— requiere energía constante para operar sus sistemas de contención, monitoreo y ventilación, elementos esenciales para evitar la liberación de material radiactivo. Aunque no se reportaron consecuencias inmediatas, especialistas trabajan en la restauración del servicio, sin que exista aún un plazo definido. Rusia, por su parte, no ha emitido declaraciones al respecto.
Este hecho se suma a otros incidentes recientes. En febrero, un dron ruso dañó parcialmente el techo de la estructura, aunque entonces no se detectaron variaciones en los niveles de radiación, de acuerdo con el gobierno ucraniano y el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA). Ahora, la falta de electricidad genera nuevas preocupaciones sobre la seguridad del confinamiento y la vigilancia de radiación.
El ataque también afectó a la región de Chernígov, donde más de 300 mil personas quedaron sin energía eléctrica. Para mitigar el impacto, se desplegaron generadores en hospitales e infraestructuras prioritarias, mientras avanzan las reparaciones de la red.
En el marco de la guerra, estas acciones son consideradas de alto riesgo, pues cualquier alteración en la contención nuclear puede desatar alarma a nivel internacional. El OIEA mantiene un seguimiento cercano a las instalaciones nucleares en Ucrania, mientras Kiev acusa a Moscú de usar ataques contra infraestructura nuclear como parte de su estrategia militar, acusaciones que Rusia niega.